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En los baños de la mayoría de los hogares, lo más habitual es encontrar un inodoro convencional que se apoya en el suelo y que en la parte trasera, pegado a la pared, se sitúa un tanque visible donde se alberga la cisterna. Este diseño de water es casi imposible que pase desapercibido en todo el conjunto.
Lejos de esta solución común, los inodoros suspendidos son una tendencia cada vez más en alza, no sólo en las revistas de decoración, sino también en las viviendas reformadas o de nueva construcción. En estos casos, el sanitario se encuentra suspendido mediante una sujeción a la pared y tienen el tanque oculto en la misma. Sin duda es una forma mucho más moderna y discreta de colocar el retrete, por lo que no es de extrañar que, en la actualidad, casi todas las marcas cuenten con algún modelo de este estilo.
No obstante, antes de lanzarnos a colocar un inodoro suspendido conviene analizar los pros y los contras de este tipo de sanitarios para valorar si realmente es la mejor alternativa por la que podemos decantarnos en el baño de nuestra vivienda.
Ventajas de los inodoros suspendidos
- A nivel visual, los inodoros suspendidos no tienen nada que ver con los convencionales, siendo los primeros mucho más estéticos y ligeros que los segundos. Los nuevos modelos aportan una mayor elegancia y sofisticación al cuarto de baño.
- Permite que las rutinas de limpieza de este espacio sean más fáciles y cómodas, ya que al estar suspendido el water es posible pasar el cepillo o la fregona por debajo. De esta forma se puede acceder a aquellos rincones que en el caso de un inodoro común es imposible.
- Aunque se trate de un diseño relativamente nuevo, ya es posible encontrar en el mercado diferentes tamaños que se ajustan a las medidas de cada espacio.
- Dado que los inodoros suspendidos van sujetos a la pared es posible elegir la altura a la que queramos que esté colocado según nuestras necesidades. Ésta es una buena solución para los hogares en los que vivan personas con movilidad reducida, por ejemplo.
Inconvenientes de los inodoros suspendidos
- Una de las principales desventajas de este tipo de retretes es su alto precio. Debido a que aún no están demasiado extendidos y que se trata de un diseño innovador, su coste es superior al de un inodoro convencional.
- La instalación de un water suspendido resulta realmente compleja, ya que es necesario hacer una obra para encastrar el inodoro a la pared. La dificultad será mayor o menor en función de si es preciso levantar un muro de ladrillo o de pladur.
- Derivado del punto anterior, al colocar un sanitario de estas características, el espacio del cuarto de baño se reduce. Para que la cisterna quede oculta no queda más remedio que hacer un tabique en la pared detrás del inodoro.
- Del mismo modo, su mantenimiento también es más complicado. En el caso de que ocurra una avería en la cisterna, será necesario derribar la pared donde se encuentra empotrada para poder arreglarla, con el consiguiente incordio y coste que ello supondría.
- Aunque es altamente improbable que los inodoros suspendidos se descuelguen de la pared, pueden dar la sensación de que se van a caer en cualquier momento generando así, cierta inseguridad a algunas personas.
Conociendo las ventajas y desventajas de este tipo de sanitarios, ya es posible tomar una decisión más acertada. Para ello hay que sopesar si los beneficios que reportan compensan los inconvenientes, sobre todo en el plano económico y en cuanto al espacio disponible en el cuarto de baño. ¿Te gustan estos inodoros? ¿Pondrías uno de este tipo en tu casa?