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Publicado el : 10/04/2018 12:38:00
Categorías : Bricolaje , Hogar
En todos los hogares, las ventanas constituyen un elemento fundamental, no sólo desde el punto de vista de la luminosidad del espacio o la ventilación, sino también como aislamiento del exterior. Estas piezas contribuyen a incrementar el valor de una vivienda debido a que permiten la entrada de luz natural, pero al mismo tiempo deben actuar como protectoras para que la casa sea un lugar confortable.
Si estás pensando en realizar una reforma para cambiar los cierres de las ventanas o balcones, conviene que analices con detalle los distintos tipos de cristales que existen. En la actualidad es posible encontrar algunas novedades en vidrios altamente resistentes que no comprometen la entrada de luz y que además ofrecen un aislamiento superior. Uno de los tipos más demandados son los de doble acristalamiento que en los últimos tiempos copan las aberturas al exterior de gran parte de los inmuebles por sus múltiples beneficios.
A diferencia de los cristales convencionales y como su propio nombre indica, las ventanas de doble acristalamiento tienen dos capas de vidrio, separadas por una zona de gas inerte sellada que permite que el conjunto sea hermético.
Aunque el vacío ofrece un mejor aislamiento, la cámara que se encuentra en medio de los dos cristales está llena de aire seco. La primera solución es bastante difícil de conseguir y a nivel práctico resulta más cómodo utilizar aire que también ofrece un resultado excelente por su baja conductividad térmica y su reducido nivel de absorción de la radiación.
Mantener la casa a una temperatura constante es una tarea bastante complicada cuando los cierres son de mala calidad. En el caso de instalar ventanas de doble cristal, el calor se mantendrá dentro de la vivienda sin producirse ningún escape. Tanto es así que este tipo de vidrios reducen casi en un 25% las pérdidas de calor.
Por lo tanto, aunque el precio sea algo superior compensa decantarse por estos cristales, ya que el aislamiento de la temperatura está garantizado. A medio plazo, el desembolso se compensa por el ahorro en calefacción o aire acondicionado que se produce. También hay que mencionar que las ventanas con dos cristales reducen de forma considerable la entrada de calor al interior de la casa en verano.
No obstante, para disfrutar de un aislamiento térmico completo es preciso prestar atención asimismo al tipo de perfil que conforma la ventana. Entre los materiales más herméticos se encuentran la madera, el PVC o el aluminio.
Aunque la vivienda se encuentre en una zona tranquila, siempre se produce algún tipo de ruido en la calle que puede causar ciertas molestias. En este sentido, las ventanas de doble acristalamiento funcionan como una perfecta barrera del sonido, tanto del exterior al interior como viceversa.
El aislamiento acústico se produce debido a las tres capas que conforman estas ventanas, dos de vidrio y una de aire, que actúan como freno de las ondas del sonido. Hay que aclarar que este tipo de cierres no garantizan una total insonoridad, pero sí se reduce la intensidad del ruido, disminuyendo en gran medida la contaminación acústica sobre todo en los lugares con mucho tráfico o afluencia de gente.
La condensación se genera sobre todo en aquellos espacios donde existe un fuerte contraste de temperatura. En el caso de las ventanas convencionales es bastante habitual encontrar humedad cerca del vidrio debido a que la diferencia entre los grados del exterior y los de la superficie es muy marcada.
Con la instalación de las ventanas de doble cristal, este problema desaparece por su capacidad aislante que evita que se formen gotas de agua en el cristal. Además, de este modo disminuye también la sensación térmica en el interior de la vivienda, algo que repercute en el ahorro de energía.
Este tipo de ventanas ofrecen una mayor resistencia y durabilidad que las convencionales. Dado que es sumamente difícil romper estos cristales con un golpe, los habitantes de la casa pueden disfrutar de una mayor tranquilidad.
El sellado del doble acristalamiento contribuye a crear esta seguridad, pero también es posible colocar un vidrio laminado como los que incluyen los parabrisas de los coches. En caso de rotura, no existe ningún riesgo de que los trozos del cristal se desprendan, por lo que se evita la producción de daños corporales y al mismo tiempo la entrada de intrusos.
Las diferentes capas de estas ventanas disminuyen los daños que provocan los rayos del sol en el mobiliario. En este caso es posible tener las persianas subidas y las cortinas corridas para que entre la luz natural sin miedo a que los muebles y demás objetos de decoración se estropeen por el efecto de los rayos ultravioleta.
Las viviendas que cuenten con ventanas de un solo cristal y que además estén ubicadas en una zona en la que incida la luz del sol de forma directa, es posible que el suelo y los elementos que se encuentran más expuestos terminen perdiendo su color original y se deterioren con mayor rapidez.
Las ventanas de doble acristalamiento no sólo posibilitan una mayor sostenibilidad en las viviendas por su gran aislamiento y menor consumo, sino que el vidrio también contribuye al respeto al medio ambiente. Teniendo en cuenta que se trata de un material que se puede reciclar, se reduce el impacto al entorno que se genera en la fabricación de un nuevo cristal.
El hecho de que todas las ventanas de doble acristalamiento estén fabricadas siguiendo la misma estructura no significa que no sea posible elegir entre diferentes tipos de cristal. Así, en el mercado existen vidrios con distintos grosores que se ajustan a las preferencias y necesidades de cada vivienda en cuanto a aislamiento del sonido o de la luz.
Conociendo las ventajas e inconvenientes de las ventanas de doble acristalamiento sólo queda analizar cada caso para valorar si compensa o no esta elección. No hay que olvidar que estos elementos son unos de los que más duran en cualquier vivienda, por lo que conviene tomar la mejor decisión para tener garantizadas las mejores prestaciones en cuanto a comodidad y ahorro de energía.