Ningún producto
Los precios se muestran con impuestos incluidos
Publicado el : 08/11/2021 16:12:58
Categorías : Bricolaje
Con la llegada del invierno es imprescindible buscar soluciones eficaces para calentar el hogar. Entre las múltiples opciones que existen se encuentran los radiadores eléctricos de aceite que constituyen un sistema perfectamente indicado para espacios pequeños y medianos, así como para utilizar como complemento de otro tipo de calefacción.
Los radiadores de aceite son un aparato pequeño que se conecta a la corriente. Cuando se enciende, las resistencias eléctricas que incorporan permiten calentar el fluido térmico de aceite que recorre el interior. A medida que la temperatura de este líquido va subiendo, se van calentando las placas metálicas que revisten el conjunto.
Así, cuando la superficie del dispositivo ha alcanzado los grados seleccionados, se comienza a caldear el espacio. Del mismo modo, cuando el radiador detecta que el aceite está lo suficientemente caliente para mantener la temperatura, se desactiva hasta que vuelve a ser necesario encenderse de forma automática.
Este tipo de calefactor no necesita ninguna instalación previa, ya que es portátil y se puede colocar en cualquier lugar. No obstante, se recomienda sobre todo utilizar los radiadores de aceite en habitaciones que no sean demasiado amplias. En cualquier caso, es recomendable elegir una determinada potencia para cada estancia según la siguiente escala aproximada:
Habitaciones de 10 metros cuadrados: alrededor de 1.000 W.
Habitaciones de 15 metros cuadrados: entre 1.000 y 2.500 W.
Habitaciones de más 15 metros cuadrados: más de 2.500 W.
Los radiadores eléctricos de aceite resultan interesantes por múltiples motivos:
Se trata de un sistema de calefacción muy fácil de usar. Para conseguir calor tan solo hay que conectar el enchufe a la corriente eléctrica y elegir la temperatura que se quiera.
Tienen un precio muy económico, ya que en el mercado se pueden encontrar modelos de excelente calidad por 30 euros. Según el tamaño, la potencia y el diseño, esta cifra va subiendo.
Ayudan a ahorrar energía gracias a que las resistencias se apagan cuando el aceite ha alcanzado una determinada temperatura.
Tienen la capacidad de seguir propagando calor después de apagarse gracias a que el fluido del interior tarda en enfriarse cuando se desenchufa el aparato.
A diferencia de otros sistemas de calefacción, estos calefactores no secan el aire y reducen los niveles de humedad.
La mayoría de los radiadores de aceite son compactos y de pequeño tamaño, lo que permite guardarlos fácilmente y moverlos de una habitación a otra según las necesidades de calor que surjan en diferentes momentos.
No emiten ningún ruido mientras están funcionando.
Los modelos más actuales incorporan sistemas de seguridad para evitar daños como consecuencia de un sobrecalentamiento o por una caída.
Los radiadores de aceite no necesitan ningún mantenimiento específico, así como tampoco ninguna revisión técnica de forma periódica. El aceite especial que incorporan no tiene que cambiarse en ningún momento durante toda la vida útil del aparato.
Son una opción muy resistente y duradera que consigue funcionar correctamente durante muchos años.
Este sistema no genera ningún humo ni otros residuos para generar calor.
Por otro lado, también es conveniente analizar las desventajas que presentan este tipo de radiadores:
Si se trata de un radiador con una potencia de más de 1.500 W y se tiene encendido durante muchas horas al día, supone un incremento considerable en la factura de la luz.
No empiezan a desprender calor hasta que no transcurre un tiempo desde que se conectan. Por lo que, si se busca subir la temperatura de una habitación de forma inmediata, es preferible recurrir a otras soluciones.
Se debe tener en cuenta que no funcionan como sistema de calefacción único en una vivienda, sino que se utilizan como complemento o para un espacio reducido en concreto.
Aunque se trata de aparatos muy seguros, es necesario tener en cuenta una serie de consejos durante su utilización:
Puede parecer impensable, pero los radiadores de aceite pueden llegar a alcanzar temperaturas muy altas. Por lo tanto, es preciso tener un especial cuidado al tocar las placas metálicas para evitar quemarse después de un largo tiempo encendido.
No se recomienda colocar la ropa mojada sobre estos artilugios para que se seque más rápido. Además de resultar peligroso, puede ocurrir que las prendas se quemen.
Pese a que estos sistemas no necesitan un mantenimiento específico, es necesario limpiar el polvo de la superficie al menos una vez a la semana para garantizar un funcionamiento adecuado.