Tipos de radiadores para calefacción

Publicado el : 24/10/2018 18:33:12
Categorías : Calefaccion , Construcción

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Cuando el invierno está a la vuelta de la esquina, uno de los temas más recurrentes es la calefacción. Cualquier sistema no tendría sentido sin la instalación de los radiadores que se encargan emitir y distribuir el calor por las diferentes estancias. Estos elementos cumplen a la perfección su función tanto en las calefacciones por gas como eléctricas.

Asimismo, los radiadores permiten mantener el calor en una determinada habitación y apagarlos en aquellas que no se utilicen habitualmente. De este modo es posible obtener un cierto ahorro en la factura al final de mes y hacer un uso más eficiente de la energía que contribuye al cuidado del medio ambiente.

Si te encuentras en un momento de reforma en tu casa o es la primera vez que colocas radiadores, en este artículo te contamos cuáles son los principales tipos que existen.

  • Radiadores de agua

En estos radiadores, el calor se genera a partir del agua caliente que proviene de una caldera. Gracias a los nuevos modelos de termos que ofrecen mayores prestaciones sin incrementar el consumo, los radiadores de agua son unos de los más demandados.

A través de este sistema es posible calentar una habitación rápidamente, ya que su funcionamiento es muy sencillo. Simplemente es necesario encender la caldera y seleccionar la temperatura deseada para que el agua caliente comience a circular por los radiadores y se note la calidez.

Como contrapartida, cabe destacar que estos modelos requieren una obra completa para su instalación, ya que además de colocar el propio aparato, es preciso planificar la ubicación de las tuberías, la caldera y las válvulas de regulación.

  • Radiadores eléctricos

A diferencia de los anteriores, los modelos eléctricos funcionan con energía eléctrica. A través de un enchufe que se conecta a la corriente, la resistencia que incorporan se va calentando de forma progresiva para emitir calor.

Su instalación es mucho más sencilla que en el caso de los radiadores de agua, ya que simplemente hay que fijar los aparatos a la pared cerca de una toma de corriente. Lo mismo sucede con su mantenimiento, que por norma general no exige la revisión periódica por parte de técnicos especializados. No obstante, la regulación de la temperatura se debe realizar a través de válvulas termostáticas que son obligatorias según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).

El principal inconveniente hace referencia al elevado precio de la luz en comparación con el gas, aunque para evitar sustos en el recibo es recomendable contratar una tarifa plana que permita combinar confort y ahorro.

  • Radiadores de calor azul

Otra clasificación según el aporte de energía son estos radiadores que funcionan calentando el aceite que incorporan en su interior gracias a unas resistencias eléctricas como sucede en los modelos eléctricos tradicionales. Las diferencias respecto a éstos son notorias, debido a que en la actualidad se fabrican con materiales de gran calidad e incluyen un sistema de regulación con termostato digital.

Al igual que en los radiadores eléctricos, en este tipo también se utiliza la energía eléctrica, por lo que conviene considerar el consumo. Por esto y debido a su sistema, se recomienda utilizarlos sobre todo para aclimatar espacios pequeños.

  • Radiadores de aluminio

Este material ha llegado al mercado de los radiadores para conferir a estos aparatos un estilo más elegante y discreto. A ello hay que sumar que se trata de un componente muy ligero y su vida útil es mayor que en el caso de otros materiales. Cabe destacar también que el aluminio ofrece una gran capacidad de respuesta, lo que significa que se calientan y se enfrían en muy poco tiempo.

En la actualidad el aluminio es uno de los más demandados en este tipo de productos, aunque entre sus inconvenientes se encuentran su precio elevado, así como la emisión de unos ruidos típicos cuando hay aire en la instalación y un rendimiento contenido en algunos casos.

  • Radiadores de acero

La principal virtud de estos radiadores es su gran resistencia a la corrosión, aunque también destacan porque su velocidad de respuesta es alta. Por norma general, se fabrican ensamblando distintos bloques entre sí e incluso ofrecen la posibilidad de instalarlos bajo el suelo.

Algunos de sus contras son el precio y la necesidad de realizar una instalación más compleja en aquellas viviendas donde prime la estética y se decida disfrutar de sus prestaciones sin que se muestren a la vista.

  • Radiadores de hierro fundido

Este tipo son los que se encuentran en las casas antiguas y aunque son los radiadores más resistentes y duraderos, en la actualidad no suelen colocarse debido a su elevado coste, las dificultades en su instalación y su peso excesivo.

Se caracterizan por tener un tiempo de respuesta medio y además conservan el calor durante mucho más tiempo que otros radiadores. Por este motivo, también hay que esperar un rato mayor hasta que se alcanza la temperatura adecuada.

  • Radiadores toalleros

Se trata de uno de los modelos más prácticos que se puede poner en cualquier cuarto de baño. La sensación de envolverse con una toalla caliente después de la ducha y conseguir que se seque rápidamente solo se logra con los radiadores toalleros. Pero además de ello, también funcionan para calentar el ambiente.

Se suelen fabricar con acero o aluminio en forma de tubos circulares generalmente y la velocidad tanto para alcanzar una temperatura como para enfriarse es alta.

 

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