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Publicado el : 23/03/2015 13:58:45
Categorías : Albañilería , Construcción
Los revestimientos exteriores de fachada tienen que tener el doble uso de aportar una estética adecuada a la misma, consiguiendo la impermeabilización que nos asegure su estanqueidad. Asimismo, el tratamiento por el exterior de una fachada optimiza el ahorro de energía del interior de la vivienda y mejora el confort térmico de la misma.
Revestimiento de piedra naturan en paneles Easy-Stone.
Por tanto, a los revestimientos de fachada se les solicitará especialmente estas cuatro características: - Buena trabajabilidad, para que su colocación no se complique en exceso. - Una excelente protección del paramento de soporte frente al agua de lluvia. - Permeabilidad frente al vapor de agua presente en la atmósfera. - Valores decorativos que doten a la fachada de personalidad.
Podemos dividir los tipos de revestimientos en dos grandes grupos:
Al primer grupo pertenecen los conglomerados de materiales naturales o artificiales que se aplican como una masa continua (o casi), directamente sobre el paramento, que deberá estar preparado para su correcta adhesión. La base de este conglomerado puede ser el yeso (aplicado como guarnecido, enlucido o estuco) , el cemento (enfoscado o enlucido), la cal (revoco, esgrafiados, estuco, encalado o enjalbegado) o puede ser una mezcla preparada de morteros predosificados industrialmente, compuestos de cemento, aditivos, áridos y fibras, a los que únicamente se añade agua en la obra, donde son amasados y extendidos, o proyectados, sobre la superficie de la fachada, habitualmente en una sola capa, aplicada en una o dos manos y de unos 15 mm de espesor.
Éstos se conocen como morteros monocapa y son muy habituales por su versatilidad y fácil colocación. En el caso de los revestimientos discontinuos son muy variados los materiales que se pueden emplear, desde los materiales naturales como piedra y madera, como los cerámicos, lamas, placas de conglomerados especiales para exteriores, etc.
Se buscará, en cualquier caso, que cuenten con dureza superficial significativa para soportar las inclemencias del tiempo y que no se vean afectados por los agentes medioambientales en su estética con el paso del tiempo. Igualmente, es un factor en cuenta su mantenimiento a largo plazo para que éste no suponga un sobre coste a los propietarios de la vivienda o edificio. Los revestimientos discontinuos exigen al diseñador un estudio previo para elegir el sistema adecuado de anclaje, que se seleccionará según la dimensión de las piezas que vayamos a utilizar. Una buena ejecución se acoplará estéticamente a las dimensiones de la fachada para que el conjunto quede armónico.
Además, se deberá de estudiar cuál va a ser el tratamiento de las juntas que se crean, ya que se puede optar por colocar un material de relleno que las selle, asegurando su estanqueidad, o colocarlo de manera que quede una cámara de aire en su trasdós, mediante anclajes que separen el revestimiento del paramento de fábrica u hormigón. Esta opción se conoce como fachada ventilada y tiene muchas y comprobadas cualidades de regulación térmica interior-exterior, con lo que conseguiremos una cualidad extra con la ejecución del revestimiento.