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Publicado el : 29/10/2019 13:16:01
Categorías : Bricolaje , Hogar
Al hablar de orden en casa es posible que de forma irremediable aparezca en nuestra mente la imagen de Marie Kondo. Esta japonesa se ha hecho popular en los últimos años por ofrecer una serie de claves infalibles para organizar los espacios. Según ella, está demostrado que tener una vivienda ordenada influye de forma positiva en el bienestar físico y emocional, y además tiene más relación de lo que podemos imaginar con el estado de ánimo y la felicidad.
Los beneficios del orden no solo están avalados por esta gurú, sino que diferentes estudios también confirman que vivir o trabajar en un lugar organizado contribuye a reducir el estrés y a llevar una vida más estructurada en cuanto a alimentación, descanso, ejercicio físico, relaciones personales, etc. Así, haciendo un compendio entre las recomendaciones de Kondo y otras básicas, mantener el orden en una casa es muy sencillo si se siguen las siguientes pautas:
Esta es la primera regla de oro para que cualquier vivienda esté ordenada. A menudo vamos acumulando cosas que ni tan siquiera sabemos que tenemos o por si acaso en algún momento las necesitamos. Es fundamental dejar fuera de casa todo aquello que sea inútil, ya que lo único que se consigue con la excesiva acumulación es reducir el espacio e incrementar la desorganización.
En este sentido es interesante mencionar la regla de los 365 días, la cual obliga a deshacerse de todo aquello que no se haya utilizado en el último año. Probablemente algunas pertenencias vayan directas a la basura, pero otras se pueden reciclar o donar.
Con la llegada de las nuevas temporadas es necesario realizar el cambio de armarios para sustituir la ropa de invierno o verano. Este momento es perfecto para limpiar en un doble sentido. Por un lado, se puede aprovechar para clasificar las prendas en función de lo que sea imprescindible quedarse y por otro, lo que hace tiempo que no nos ponemos y se puede ceder. Asimismo, también es la oportunidad idónea para limpiar a fondo los armarios y el resto de mobiliario donde se tenga guardada la ropa, ya que desinfectar también ayuda enormemente a tener una sensación de orden.
Las prisas cuando suena el despertador por las mañanas son la principal causa de que la cama se quede revuelta durante todo el día. Sin embargo, es interesante sacar unos minutos antes de salir a la calle para colocar las sábanas, las almohadas y el nórdico, dejando que se aireen antes durante un rato. Aunque no lo creas, una cama sin hacer es uno de los primeros causantes del desorden en una habitación.
Al llegar a casa después de una larga jornada de trabajo, lo más habitual es dejar el bolso, el abrigo, la mochila, etc., en cualquier sitio. Con total seguridad, lo que menos apetece en esos momentos es ponerse a ordenar, pero si se guarda cada cosa en su lugar correspondiente de forma inmediata no supone ningún esfuerzo.
De esta manera, las mesas, los escritorios, las encimeras y, sobre todo, el suelo, estarán libres de objetos desperdigados para aumentar la sensación de espacio y limpieza.
Adoptar la costumbre de recoger los platos y fregarlos justo después de comer ayuda en gran medida a mantener el orden en casa. Hay que evitar en la medida de lo posible que los utensilios sucios de la cocina se vayan acumulando en el fregadero, ya que, aunque no nos demos cuenta, supone un motivo de agobio.
Esta clave que ofrece Marie Kondo es realmente práctica y consiste en agrupar las cosas según la tipología a la que pertenezcan en lugar de hacerlo por estancias. De este modo, la ropa, la comida, los libros, los complementos, etc., ocupan un lugar diferente. Teniéndolo todo agrupado es posible saber lo que se tiene realmente para no comprar cosas innecesarias.
Si vivimos en un piso de reducidas dimensiones, mantener el orden a diario probablemente es una misión imposible. Para solucionar el problema de espacio, es recomendable aprovechar cualquier recoveco donde se puedan almacenar cosas, ya sea colocando estanterías, debajo de las camas, encima de los armarios, etc.
En este sentido es recomendable utilizar cajas o compartimentos para que cada cosa esté ubicada en un sitio concreto. Además de contribuir un mayor orden, este consejo también ayuda en gran medida a que sea más fácil localizar que lo que buscamos.
Si hay algo común en todas las casas eso es una bolsa donde se guardan otras bolsas, ya sean de plástico, de tela, reutilizables, etc. En realidad, no necesitamos tantas en el día a día, por lo que lo más sensato es tirar la mayoría o reutilizarlas como bolsas de basura.
Lo mismo ocurre con las cajas de aparatos y electrodomésticos que se van almacenando por miedo a que se estropeen y sea necesario devolverlos. Lo cierto es que con el producto y el ticket es más que suficiente para reclamar cualquier desperfecto, por lo que no pasa nada si se tiran al contenedor azul.
Pese a que los documentos electrónicos están ganando cada vez más peso, todavía seguimos acumulando una ingente cantidad de papeles en casa: promociones, facturas, cartas del banco, revistas, etc. Lo más habitual es irlos guardando en un cajón hasta que llega un momento en el que rebosa por todos lados. Antes de llegar a este punto, es conveniente revisar todo cada cierto tiempo y dejar únicamente lo que sea importante y necesario.
El hecho de que los armarios tengan puertas y no se vea a simple vista lo que hay en su interior no significa que se pueda tener toda la ropa desordenada dentro. La culminación del orden consiste en ordenar las prendas por colores y doblar la ropa en los cajones en tres pliegues colocándola en vertical para que sea más fácil elegir qué ponerse.
No está de más seguir estos consejos, pero en un nivel inferior también se puede optar por guardar la ropa doblada, colocar todas las perchas hacia dentro y establecer un espacio para cada tipo de prenda, ya sea ropa interior, pantalones, camisetas, camisas, jerséis, abrigos o zapatos.
La vuelta a casa después de vacaciones o de una escapada de fin de semana es muy dura, pero ello no es excusa para dejar la maleta por medio durante semanas. Cuanto antes saquemos la ropa que hemos utilizado durante los días libres y la lavemos o la coloquemos en los armarios, mejor nos sentiremos para empezar la rutina de nuevo.
Hablamos del cuarto de baño como cualquier otra estancia de la casa donde hay que seguir unas pautas de orden. Con bastante frecuencia se suelen dejar los botes vacíos de champú y gel en la ducha, pero es importante poner remedio a este signo de dejadez tirándolos a la basura justo en el momento en que se agotan.
Los cajones o las estanterías de los cuartos de baño también son espacios donde se tienden a acumular objetos que nunca se utilizan. Por ello, para ayudar a crear una imagen más despejada y organizada, es fundamental deshacerse de todo lo superfluo.
La cocina es una de las dependencias de la casa donde impera el desorden con una mayor continuidad. Además de clasificar los utensilios en armarios y compartimentos distintos, conviene prestar una especial atención a los envases que se van guardando y ocupan espacio sin sentido. Así, se deben tirar todos aquellos que estén viejos y desgastados, sin olvidar los que han perdido la tapadera, ya que hay que tener presente que reducir ayuda a vivir mejor.
La ventilación de la vivienda debe constituir una rutina diaria para renovar el aire viciado que se va acumulando. Aunque no se trata de una regla para mantener el orden como tal, ayuda a crear un ambiente agradable, el cual se puede complementar con aromas relajantes a través de inciensos, ambientadores o velas.