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Publicado el : 05/01/2020 18:04:23
Categorías : Calefaccion , Construcción
Quienes cuentan con un sistema de calefacción por gas estarán bastante acostumbrados a los ruidos en los radiadores, ya que es muy habitual en este tipo de instalaciones. Sin embargo, aunque se trata de algo muy común, no hay por qué preocuparse, dado que los sonidos que emiten no siempre son un síntoma de que algo va mal.
En la mayoría de los casos, el ruido en los radiadores se debe al aire que entra en el circuito de la calefacción cuando entra en contacto con el agua o esta con el material del que esté fabricado el calefactor. No obstante, es importante conocer los diferentes sonidos que se pueden producir para identificar si existe un problema o no, y adoptar las medidas necesarias en consecuencia.
Si el radiador emite un sonido similar al que se produce cuando el agua hierve o como si hubiera burbujas dentro, la causa se debe a la gran cantidad de aire acumulada en el interior. En este caso, la solución consiste en purgar los radiadores para extraer el exceso de aire y permitir que el agua circule sin ningún problema, alcanzando todas las zonas del radiador. En caso contrario, es bastante probable que el aparato no funcione con su máximo rendimiento y por ello, el consumo en calefacción sea más alto.
Cuando los radiadores suenan como si se estuvieran rompiendo, significa que la temperatura en los mismos está subiendo. Este ruido tan característico se produce por la dilatación de los tubos del sistema después de haberse contraído por el enfriamiento; es simplemente el crujido que emiten los materiales durante este proceso. También se identifica por producirse un sonido del tipo “tic, tic, tic” y no hace referencia a ningún problema en la calefacción.
En muchas ocasiones, los radiadores emiten ruidos que parecen que alguien estuviera golpeándolos. El motivo es el mismo que en el caso anterior, es decir, se debe a la dilatación por el calor. También se suele identificar por el efecto químico que se produce cuando el agua se descompone y entra en contacto con el aluminio del radiador. En este caso tampoco supone un motivo de preocupación, ya que son ruidos característicos del funcionamiento del sistema.
Este sonido tiene lugar cuando el caudal del agua es más alto de lo normal. Este problema se suele solventar purgando el radiador, aunque si persiste, lo más aconsejable es contactar con la empresa que realizó la instalación.
No hay que olvidar cuál es el funcionamiento de un sistema de calefacción para entender por qué los radiadores emiten diferentes ruidos. Al apagar el termostato, los tubos se vacían y cuando se vuelve a encender, es preciso que se realice el proceso de llenado que consiste en que el agua se introduce de nuevo en el circuito de la calefacción. En este proceso, lo más habitual es que se formen bolsas de aire que emiten los ruidos más característicos durante el recorrido que realiza desde la caldera a los tubos y los radiadores.
Además de las causas que hemos comentado antes, durante los primeros días desde el montaje suele ser bastante común que los sonidos también se produzcan por la descomposición de los residuos orgánicos que tienen su origen en la manipulación de la instalación.
Aunque casi siempre se pueden mitigar los ruidos a través del purgado de los radiadores, si se nota que los mismos no calientan de forma correcta ni de manera homogénea por todas las zonas, es preciso contactar con un profesional. En este sentido, suele ser habitual que la parte más baja esté caliente, pero la de arriba se mantenga fría porque el agua caliente no es capaz de alcanzar esta zona.
Del mismo modo, es importante disponer de un servicio de mantenimiento de la caldera para realizar una revisión de la misma cada año. De este modo se puede controlar si existe algún fallo en el sistema e incluso el personal encargado puede realizar el purgado de todos los radiadores para eliminar el aire que se ha ido acumulando durante el tiempo en el que la instalación ha permanecido inactiva. Las inspecciones periódicas pueden evitar que se produzcan averías realmente costosas y que pueden poner en peligro la calefacción por gas.