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Publicado el : 16/06/2016 15:00:43
Categorías : Bricolaje , Reparaciones domésticas
El mantenimiento regular de los radiadores de un centro de trabajo o de una casa familiar debe incluir, desde luego, la comprobación del buen funcionamiento y la eficiencia del sistema, pero también su estado exterior.
Radiador instalado en un centro de manualidades antes de su renovación.
Sí, para mantener la buena apariencia del dispositivo y para frenar o corregir los procesos de corrosión de los metales que forman su estructura. Para conseguir esto último se recomienda repasar la pintura de los radiadores. No solo estamos hablando de un problema estético, aunque esto también es importante, sino que un radiador con la pintura saltada puede empezar un proceso de corrosión que terminará por hacer inservible algunos de sus elementos o incluso todo el dispositivo. Hay que tener en cuenta que es un dispositivo que soporta altas temperaturas, elevadas presiones y un flujo de líquido continuo.
Esto hace que con el tiempo las imprimaciones y los esmaltes se suelen descascarillar como consecuencia de las temperaturas de trabajo de estos equipos y por los efectos de las dilataciones y contracciones a las que se ven sometidas sus superficies. Así, ¿Cómo podemos pintar o repintar los radiadores?, ¿Qué pasos hay que seguir? Lo vemos, pero antes hagamos un repaso de las herramientas que vamos a necesitar para este trabajo.
Como en otras ocasiones, en las que hemos hablado de diferentes trabajos de bricolaje, reunir el material y las herramientas antes de ponernos manos a la obra evitará que nos quedemos con la tarea a medio hacer.
Lijas: Con ellas eliminaremos los restos de pinturas anteriores.
Cepillos de fibras: Nos servirán para retirar los restos descascarillados de pintura, es conveniente emplear discos de fibras en lugar de discos de alambre por que estos no rayan la superficie.
Disco de fibras de nylon con abrasivo Jaz.
Rodillos de esmalte: Son imprescindibles para pintar con comodidad. Es preferible usar modelos pequeños para alcanzar zonas estrechas y confinadas. A la hora de elegir las herramientas de pintado, tenemos que tener en cuenta que los radiadores por su estructura están llenos de recovecos, a los que nos puede ser difícil de acceder. Elegir mal los elementos para pintar hará que nos queden pequeñas zonas sin pintar o que lo tengamos que hacer con una dificultad añadida sin necesidad.
Paletinas de radiador: Se trata de una brocha plana y curva con la que resulta fácil llegar a zonas angostas para aplicar el decapante y para extender la pintura final. Para nosotros este es el elemento indispensable a la hora de pintar un radiador. De hecho sería muy buena idea disponer de al menos dos o tres de diferentes tamaños, con un mango lo suficientemente largo como para llegar a todos los recovecos, pero sin llegar a ser tan largo como para resultar incómodo su manejo. Para elegir el tamaño adecuado tenemos que tener en cuenta también el tamaño del radiador.
Paletina de radiador universal.
Espátula: Preferible una larga y estrecha, para retirar la pintura tras aplicar el decapante.
Cartones o plásticos: es importante cubrir y proteger el resto de la estancia para evitar manchas de pintura o esmalte no deseadas.
Decapante de pintura: Es imprescindible para retirar de las superficies las pinturas anteriores y posibles restos de óxidos para conseguir una mejor aplicación, adherencia y un acabado duradero.
Quitapinturas en gel Titan.
Pintura especial radiadores: Tienen la facultad de tolerar calor elevado y cambios de temperaturas rápidos y dilataciones y contracciones de los metales de los radiadores. No vale cualquier pintura. Ojo con ésto. Desde Ferretería VTC te recomendamos el Esmalte especial para radiadores Xylazel Metal en color blanco. La pintura que se aplique sobre el radiador debe cumplir las siguientes características: resistencia a altas temperaturas, tener una base acrílica (que además genera un menor olor a la hora de pintar), y ser de alta resistencia también frente a posibles golpes y roces.
Esmalte especial para radiadores Xylazel.
Imprimación o pintura en spray: para pequeñas reparaciones estéticas se recomienda utilizar pinturas en spray que puedan soportar las altas temperaturas que generan estos dispositivos de calefacción. Con este formato, bastará con agitar la pintura previamente y aplicarla en aquellas zonas que se hayan deteriorado. La pintura en spray también favorece la labor de pintar el radiador en sus pliegues, consiguiendo un resultado más completo. En este caso, también es necesario proteger con cartón o algún tipo de plástico el resto de la estancia para evitar que se manche.
Para pintar un radiador hay que seguir una serie de pasos que también describimos.
Verificar la temperatura del radiador. Es obvio pero lo recordamos, hay que asegurarse siempre que la superficie está lo suficientemente fría para trabajar en ella. Ahora bien, aunque en un radiador de interior es difícil que tengamos una temperatura extremadamente baja, hay que comentar, que con una temperatura inferior a 5º centígrados la pintura podría no agarrar bien.
El material del radiador. Tenemos que tener en cuenta cual es el material del radiador que vamos a pintar, no es lo mismo trabajar sobre un radiador moderno de aluminio, mucho más delicado, que sobre radiadores antiguos de hierro fundido.
Opcionalmente podemos desmontar el radiador y sacarlo del circuito. Esta opción es solo si estamos muy seguros de lo que hacemos. La opción de pintarlos, sin desmontar es perfectamente válida y por la que la mayoría de la gente opta. No obstante desmontar el radiador puede facilitar mucho la tarea, para ello debemos de drenar completamente el circuito, y cerrar las llaves de paso. De todos modos en este artículo vamos a trabajar bajo el supuesto de que el radiador sigue acoplado al circuito.
Proteger la zona de trabajo. El objetivo no es otro que evitar salpicaduras en pisos, paredes y rodapiés. Tenemos que tener en cuenta que además de trabajar con pintura vamos también a usar decapante que sobre ciertas superficies puede provocar daños estéticos. Lo mejor es forrar la zona con plásticos, ya que si bien el papel puede ser suficiente para evitar manchas de pintura, el decapante es fácil que pueda calar en el papel. Además, antes de aplicar cualquier tipo de producto será necesario realizar una limpieza profunda sobre el radiador y el área de trabajo, preferiblemente con un paño humedecido y detergente suave.
Añadir el decapante con la paletina de radiador. Con ello conseguiremos desprender la pintura anterior de la superficie del dispositivo. Se retira la pintura con una espátula estrecha y larga y con la paletina. Tenemos que tener mucho cuidado de no dañar el dispositivo mientras levantamos la pintura con la espátula. Si quedan pequeñas zonas o grumos de pintura adherida, lo mejor es que no empleemos una fuerza excesiva, y repasemos luego esos grumos, así como las zonas menos accesibles con lana de acero como indicamos en el paso siguiente. También puede ser necesario utilizar algún tipo de decapante o imprimación que evite la corrosión y oxidación del radiador.
Lijar y repasar con lijas y cepillos de alambre. La idea es retirar los grumos y los pegotes que no hayan salido con el decapante. Esto facilitará la adherencia y resistencia de la nueva pintura. Es recomendable limpiar nuevamente y recoger o aspirar cualquier desperdicio.
Como comentábamos anteriormente, hay mucha diferencia en hacer esto sobre un radiador de aluminio o uno de hierro fundido. En el caso de ser un radiador de aluminio, el lijado tendrá que ser con una lija de grano muy fino, o lana de acero ya que de otro modo podríamos dañar el dispositivo. En caso de ser un radiador de hierro fundido usaremos una lija de grano más grueso.
Es posible que para muchos radiadores, con la aplicación del decapante y la posterior fricción para eliminar el esmalte sea suficiente, no obstante el lijado aunque sea ligero aumentará la rugosidad y con ello la adherencia en el pintado.
Pintar. La pintura tiene que ser adecuada para radiadores, como ya hemos comentado. Estas pinturas especiales soportan las temperaturas a las que se somete al radiador y la dilatación. En primer lugar debemos de remover muy bien el esmalte, hasta que la densidad sea completamente uniforme.
Dependiendo del tipo de útil que vayamos a usar para pintar, rodillo, brocha o pistola, puede ser conveniente. Hay que tener cuidado en no sobrecargar el rodillo de esmalte con mucha pintura para que no gotee en lugares poco accesibles y se generen grumos o pegotes.
Dar una segunda capa. Si resulta conveniente, se puede aplicar una segunda capa, dará mayor uniformidad, pero siempre dejando secar la primera el tiempo suficiente. Dependiendo del tipo de pintura, para ello leeremos detenidamente las instrucciones del fabricante, debemos de esperar entre 12 y 16 horas antes de dar una segunda capa de pintura.
Un apunte importante, no debemos de encender el radiador hasta que el esmalte esté completamente seco, debemos de esperar al menos 12 horas, y también digno de reseñar el hecho de que tenemos que ventilar bien la habitación las primeras horas de encendido tras el trabajo de pintado del radiador. Puedes esperar alrededor de un día a que se seque la pintura sin encender la calefacción o simplemente cortar el agua del radiador que se haya pintado durante este periodo de tiempo.
Repintar la superficie de un radiador es una de las acciones imprescindibles del mantenimiento de estos dispositivos, ya sea para mejorar su estética o para frenar su corrosión. En cualquier caso, pintar nuestro radiador nos dará la oportunidad de echar un vistazo de cerca a su estado de conservación, especialmente si se trata de modelos antiguos. Además, podemos dar un retoque estético a la estancia en la que esté ubicado, pudiendo optar por colores que sean acordes a las paredes o por el contrario utilizando un color rompedor que genere un contraste y foco de color en la sala. Nuestro último consejo es que recuerdes revisar tus radiadores al menos una vez al año para garantizar su correcto funcionamiento.