Ningún producto
Los precios se muestran con impuestos incluidos
Publicado el : 22/12/2021 12:08:25
Categorías : Bricolaje
Cuando el sistema de calefacción en una vivienda funciona a través de una caldera, la revisión de la presión del agua es una de las tareas más importantes que se deben realizar de forma periódica. Este nivel es determinante en el correcto funcionamiento del aparato y, en multitud de ocasiones, también suele ser la causa de determinadas averías si sube o baja demasiado.
Aunque siempre es conveniente revisar el manual de la caldera para saber cuál es la presión óptima, a grandes rasgos se establece un valor que oscila entre 1,5 y 2 bares cuando está encendida. Cuando el sistema está apagado, el nivel debe ser inferior (entre 1 y 1,5 bares).
Es preciso tener en cuenta que cuando se enciende la calefacción, el agua de las tuberías y los radiadores se calienta. Esto da lugar a una mayor expansión que desencadena en un aumento de la presión del sistema. Por este motivo es habitual que el medidor marque una cota mayor al poner en marcha la caldera.
Para comprobar que la presión se encuentra entre los valores recomendados, tan solo es preciso fijarse en el manómetro que es una pantalla donde aparecen distintos números y una aguja. Esta última se encarga de señalar el valor en el que se encuentra el sistema. En algunos modelos también es posible encontrar las zonas por debajo de 1 y por encima de 2 marcadas en color rojo para informar de que se trata de una situación de riesgo.
Como hemos comentado, el hecho de que la presión varíe en función de que el sistema esté apagado o encendido entra dentro de la normalidad. Además de ello, los niveles también suelen cambiar en función del uso que se haga de la calefacción a lo largo del día.
En otros casos, la aguja puede marcar más o menos bares por diferentes motivos que conviene tener en cuenta. Entre ellos se encuentra la posibilidad de que exista un fallo en la instalación de la presión del agua o en el suministro. También se produce un descenso de la presión cuando se purgan los radiadores, por lo que se debe subir antes de activar el mecanismo de nuevo.
Cuando la aguja del medidor de presión de la caldera está por debajo de 1 o por encima de 2 es necesario ajustar el nivel. Para subir la presión se debe abrir de forma gradual una llave que se suele encontrar en la parte inferior de la caldera hasta que la aguja marque un valor más alto y volver a cerrarla correctamente. Antes de realizar esta acción es imprescindible que la caldera está apagada y fría por completo.
En el supuesto de tener que efectuar el proceso contrario, es decir, bajar la presión, la solución consiste en purgar los radiadores. Al contrario de lo que sucede en el caso anterior, la llave no sirve para conseguir que la aguja marque un valor inferior.
Cuando la presión del agua de la caldera es baja, el sistema se bloquea como medida de seguridad para evitar que se produzcan daños graves. Para conseguir que el aparato vuelva a funcionar, es necesario abrir la llave que comentábamos antes para restablecer el nivel adecuado.
En el supuesto de que la presión sea demasiado alta ocurre que el vaso de expansión de la calefacción no puede soportar dicho aumento. Por lo tanto, lo más habitual es que la válvula de seguridad se abra de forma automática para rebajar el nivel de presión.
Considerando estas cuestiones, es posible prevenir averías en la caldera si se comprueba la presión del agua de forma periódica. Además, no hay que olvidar que estos sistemas deben pasar una revisión anual por parte del servicio técnico y, del mismo modo, es recomendable purgar los radiadores una vez al año, preferiblemente al inicio de la época de frío.