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Publicado el : 03/09/2020 12:38:31
Categorías : Bricolaje , Hogar
La casa constituye un espacio privado donde se puede disfrutar de la intimidad, el relax y un ambiente agradable. No obstante, del mismo modo que la contaminación inunda el exterior, el aire de las zonas interiores de una vivienda también puede estar viciado. Si esto sucede, es importante adoptar una rutina de medidas para evitar que se convierta en un problema de salud para toda la familia.
Aunque en el día a día no seamos conscientes, muchas de las actividades cotidianas suponen un gran obstáculo para mantener el aire limpio dentro del hogar: desde cocinar hasta limpiar la casa, pasando por tender la ropa o fumar… Para mantener una adecuada calidad del ambiente es aconsejable poner en práctica algunos consejos que resultan mucho más fáciles de lo que cabría imaginar.
Esta es una de las principales recomendaciones para conseguir que el aire se mantenga limpio dentro de casa. El tabaco no solo implica un riesgo directo para la salud, sino que el humo que se desprende de los cigarros contamina el ambiente de la vivienda y el olor llega a impregnarse en todas las superficies, resultando muy complicado su total eliminación.
La ventilación es otra de las máximas para que el ambiente interior sea agradable. Sin embargo, esta tarea no se puede hacer de cualquier manera. Es recomendable airear la casa dos veces al día: una a primera hora de la mañana y otra a última hora de la tarde.
Además, es importante asegurar una ventilación cruzada para que el aire transcurra por todos los espacios que han permanecido cerrados durante varias horas. Por último, se debe tener en cuenta que las ventanas o los balcones no se pueden dejar abiertos durante más de 30 minutos o, de lo contrario, las partículas contaminantes del exterior pueden colarse en la casa.
Los altos niveles de condensación en una vivienda es uno de los peores enemigos del aire limpio. Esta situación no solo provoca una sensación de ambiente cargado, sino que, si el problema se mantiene en el tiempo, el moho no tardará en aparecer en las paredes. Este tipo de hongos son un potente transmisor de agentes contaminantes.
Para evitarlo, es primordial mantener la casa siempre seca y hacer un especial hincapié en la limpieza de las zonas donde es más probable que se albergue la humedad. Algunas soluciones prácticas en este cometido consisten en utilizar deshumidificadores o no tender la ropa mojada dentro de las habitaciones.
Las plantas han dejado de ser un elemento prohibido en los hogares y se han convertido en una excelente solución para purificar el aire en los espacios interiores. Entre las que mejor cumplen esta función se encuentran el poto, la palmera china, la planta de la paz, el ficus robusta, la lengua de tigre o la hiedra inglesa. Estas especies tienen la capacidad de absorber los componentes tóxicos que se quedan suspendidos en el ambiente y así, mejorar la calidad del aire que se respira dentro de casa.
Muchas de las partículas dañinas que contaminan el aire de una vivienda provienen de los muebles, las pinturas de las paredes o los textiles. Para mantener un ambiente más limpio es recomendable decantarse por un mobiliario que esté fabricado con materiales ecológicos, así como seleccionar tejidos naturales para la ropa de cama.
Es obvio que una casa que se mantiene aseada tiene una mejor calidad del aire que otra donde la limpieza siempre se suele posponer. Algunas de las tareas que minimizan un ambiente viciado son aspirar el polvo del suelo y las alfombras, lavar con asiduidad las sábanas y las toallas, evitar la acumulación de trastos, etc.
Además, a la hora de desinfectar la casa es aconsejable utilizar productos de limpieza lo menos agresivos posible. De esta forma, se reduce la cantidad de químicos nocivos que se introducen en el ambiente interior evitando la aparición de alergias u otros problemas pulmonares.
Cuando las anteriores recomendaciones no son suficientes, un purificador de aire es un complemento perfecto para que la calidad del aire en los espacios cerrados no sea más peligrosa que la del exterior. Estos aparatos funcionan absorbiendo los gases, los olores, los humos, los alérgenos y los ácaros que existen en el ambiente de una forma rápida y efectiva.