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Publicado el : 05/03/2019 12:59:03
Categorías : Construcción , Decoración
Si crees que ha llegado el momento de cambiar el suelo de tu casa y nunca has oído hablar del bambú, presta atención a este artículo. Se trata de una madera exótica con multitud de ventajas, entre las que destaca el hecho de ser una perfecta alternativa ecológica a otros tipos de materiales que se obtienen a través de una sobreexplotación de los recursos naturales.
Lejos de lo que se tiende a creer, el bambú no proviene de los árboles, sino que su origen es una hierba. Además, tiene la particularidad de que puede llegar a crecer hasta un metro al día y se adapta a cualquier entorno. En concreto, la especie más popular que se utiliza para fabricar los suelos se denomina “moso” y proviene sobre todo de China.
Los suelos de este material están ganando un gran protagonismo en cada vez más viviendas por todas sus propiedades. Además, en el mercado se pueden encontrar distintos tipos, no sólo respecto a su color, sino también a su conformación que varía según cómo estén pegados los listones de bambú.
Así, es posible decantarse entre acabados en vertical o en horizontal. Para terminar de conformar la estética del espacio, esta opción se complementa con diferentes tonos: natural, tostado o marrón oscuro.
La amplia gama de suelos de bambú que existen en la actualidad permite que se pueda colocar en cualquier espacio. Así, esta solución es factible incluso en los cuartos de baño o en los pavimentos con calefacción radiante. No obstante, conviene tener en cuenta que, aunque es un material muy resistente, tiende a hincharse cuando hay exceso de agua durante mucho tiempo. Además, es importante poner en práctica las técnicas idóneas de montaje para que los cambios de temperatura no provoquen la aparición de grietas.
Dado que se pueden adquirir lamas de bambú que incorporan un sistema de clic, es muy sencillo realizar la instalación del suelo por cuenta propia. Para empezar, es crucial preparar la superficie para conseguir un mejor resultado y evitar complicaciones durante el proceso. En este sentido se debe aplanar y alisar el suelo antes de empezar a colocar el bambú. Después, la mejor herramienta para fijar el suelo es un martillo de goma para golpear sin dañarlo.
Una vez finalizado el trabajo, es aconsejable dejar que el material repose durante al menos 3 días. No hay que olvidar las precauciones que se deben seguir en caso de que el bambú vaya a estar colocado sobre un suelo radiante, en cuyo supuesto es preferible contactar con un equipo profesional para evitar problemas.
La limpieza de este tipo de suelos es una de sus grandes ventajas. Para mantenerlos impecables tan solo hay que pasar la aspiradora a diario y posteriormente una mopa para retirar el polvo. Se desaconseja el uso de productos químicos y estropajos o bayetas duras para preservar su estética y su resistencia. En caso de que se haya producido alguna mancha, basta con pasar un trapo mojado en agua, evitando siempre el exceso de humedad.
Cuando la superficie comience a mostrar signos de desgaste, se puede pasar una lija fina por la zona y dar una capa del acabado de que se trate. Conviene tener en cuenta que una de las desventajas de este material es que una vez que ha pasado mucho tiempo, no se puede reparar de esta forma, sino que es necesario cambiarlo por completo. No obstante, para alargar lo máximo posible este momento, es aconsejable seguir algunas recomendaciones:
La madera siempre ha sido uno de los materiales tradicionales a los que se recurre cuando se busca aportar una calidez especial al pavimento de una casa. Sin embargo, los avances han propiciado que hoy en día sea posible conseguir el mismo efecto con otros suelos más respetuosos con el medio ambiente y que tienen un precio inferior. Mientras que el bambú se regenera en poco tiempo, los árboles que se talan para obtener la madera maciza tardan años en volver a crecer.
Además, aunque a priori pueda parecer un engaño, el bambú es mucho más resistente que la madera, algo que se traduce en permanecer intacto durante mucho más tiempo a pesar de las condiciones de humedad o del uso diario de cualquier familia. Por último, no se puede olvidar que la madera tiene un coste muy superior a cualquier otro material, no sólo por su proceso de obtención, sino también por la dificultad que conlleva el montaje.