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Publicado el : 17/01/2019 10:05:29
Categorías : Cuidados del jardín , Cultivo de plantas
Su origen salvaje no ha impedido que el cactus sea una planta totalmente versátil que se puede tener en cualquier espacio. Existen miles de especies diferentes y aunque tiene la capacidad de resistir en condiciones extremas, también necesita algunos cuidados para sobrevivir. A menudo se suele escuchar que los cactus lo aguantan todo y que se pueden colocar en todas las habitaciones porque se mantienen intactos bajo cualquier condición, pero no es así.
Su estética podría decirse que es particular, aunque resultan llamativos y aportan estilo. Sin embargo, a pesar del toque decorativo que confieren, los cactus también tienen la capacidad de purificar el aire.
Pertenecen a la familia de las plantas suculentas y por ello se caracterizan por acumular agua en los tejidos, la cual protegen a través de las espinas. Aunque a menudo se suelen confundir los cactus con las crasas, éstas últimas emplean hojas dentadas, savia que resulta nociva o tallos en forma de aguja para impedir que cualquier animal se lleve el líquido que almacenan.
Por lo tanto, aunque es cierto que los cactus necesitan menos cuidados que otras plantas, ya que disponen de reservas de agua para adaptarse a cualquier hábitat, no significa precisamente que podamos olvidarnos de ellos. Si no se siguen algunas recomendaciones básicas, es imposible sacar todo su potencial y finalmente terminarán muriendo.
Una de las cuestiones que más dudas genera cuando se tiene un cactus en casa o en la oficina es la referente a qué cantidad de agua se debe añadir y cada cuánto tiempo. Lo más recomendable es regar esta planta como máximo una vez a la semana si nos encontramos en la época de primavera o verano, y una vez cada 15 días si es invierno u otoño.
Para conseguir mejores resultados en su cuidado, es preferible utilizar un pulverizador con agua que hayamos recogido de la lluvia, aunque del grifo también sirve siempre que el pH no sea demasiado alto (debe estar entre 5 y 6,5).
Es importante considerar que tanto un exceso como un déficit de agua es perjudicial para los cactus. Por ello, siempre hay que asegurarse de que la tierra está totalmente seca antes de echar agua.
Este tipo de planta está acostumbrada a crecer en tierras áridas, aunque si elegimos un sustrato de calidad se puede conseguir que se desarrolle con más fuerza. Es preferible que el sustrato tenga porosidad, con altos niveles de nutrientes y que retenga la humedad en cierta medida. En caso de duda, es preferible decantarse por los tipos de tierras especiales para cactus que ya venden preparadas.
Por otro lado, los fertilizantes también están indicados para un correcto crecimiento, aunque conviene tener en cuenta el tamaño del cactus para no pasarse con este tipo de productos. Para estimular su desarrollo se recomienda añadir fertilizante en el comienzo de la primavera.
El mejor ambiente para los cactus
Dejando a un lado la creencia de que los cactus son una planta todoterreno, conviene saber cuáles son las condiciones idóneas para mantenerse. Respecto a la temperatura, lo mejor es que no supere los 15 grados durante la época invernal, ya que, si en la estancia hace demasiado calor, estas especies no pueden realizar el reposo invernal. Esto significa que, en los meses de otoño e invierno, los cactus dejan de crecer como mecanismo para crecer con más fuerza cuando llega el buen tiempo. El objetivo es reservar las energías para sobrellevar mejor los días más fríos.
Además, hay que considerar que los cactus no consiguen soportar temperaturas que se encuentren por debajo de los 7 grados. Junto al frío, la humedad también constituye otro enemigo para su supervivencia.
Lo mejor es elegir una ubicación con mucha iluminación, pero sin que los rayos del sol lleguen de forma directa, y con una ventilación adecuada. En el supuesto de que la exposición a la luz natural sea excesiva, el cactus adoptará un color amarillento hasta que se vuelva blanco, aunque para impedirlo conviene cambiarlo de sitio cuanto antes.
Cuando el cactus comienza a crecer hasta superar el tamaño de la maceta original es el momento de realizar el trasplante a otra más grande. Además, esta tarea también favorece el cambio de sustrato y que las raíces no se concentren.
La mejor época del año para efectuar este cambio es primavera o verano, pero nunca en invierno para permitir que el cactus se adapte fácilmente a su nuevo entorno. Se trata de un proceso sencillo en el que siempre hay que tener un especial cuidado con las raíces para evitar que se rompan. Junto a ello, es conveniente que, al plantarlo de nuevo, no se cubra por encima del cuello de la planta.
Si queremos conseguir un excelente resultado con el trasplante, conviene colocarlo en un lugar con sombra durante los días siguientes, así como reducir a la mitad la frecuencia de riego hasta que se empiecen a observar los primeros signos de crecimiento.