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Publicado el : 21/05/2019 13:30:37
Categorías : Construcción , Decoración
La decoración de una casa no sólo se limita al mobiliario, los cuadros, las alfombras o las cortinas, sino que las plantas también son esenciales para dar un toque personal y acogedor. Cuando no se dispone de terraza o balcón, la solución pasa por elegir aquellas especies de interior que puedan sobrevivir sin demasiada luz y con las condiciones internas que son propias de cualquier vivienda.
Además, quienes no tienen demasiado mano con la jardinería, pero no quieren renunciar a disfrutar del verde en su hogar, suelen buscar plantas que no demanden muchos cuidados. Así, aun teniendo en cuenta estos requisitos tan exigentes, es posible encontrar una amplia variedad para todos los gustos: diferentes tamaños, con más o menos hojas, gran abanico de colores, etc.
A continuación, te ofrecemos una selección de algunas de las plantas de interior que más resisten para elegir la que mejor encaje con el estilo de la casa y evitar que se estropeen o se mueran en un corto espacio de tiempo. Sin duda, se trata de la mejor apuesta para disfrutar de la vegetación en el hogar sin demasiadas complicaciones.
En el ranking de las plantas de interior más resistentes y agradecidas con pocos cuidados se encuentra esta especie, que también se denomina Saintpaulia. Se puede colocar en cualquier espacio de la casa, ya que no necesita demasiada luz y a pesar de ello, sus hojas de color verde oscuro contrastan a la perfección con sus flores violetas.
Su origen radica en zonas muy calurosas, por lo que no es preciso regalarla a menudo, basta con poner un plato por debajo con agua para que absorba. Además, si se coloca en un lugar donde llegue la luz del sol, puede llegar a florecer varias veces al año.
Las flores de esta planta son unas de las más llamativas por sus colores rosas y rojos fundamentalmente, aunque es posible encontrar diferentes variedades de esta misma especie. Todas tienen en común que no necesitan demasiada luz para alcanzar una floración que llega a sorprender por su densidad. La begonia en concreto está perfectamente indicada para aquellas viviendas que son sombrías durante la mayor parte del día.
Si hay una planta por excelencia que inunda los pasillos de las casas convencionales, esa es la aspidistra. Se puede colocar sin ningún problema en cualquier rincón, aunque no llegue ningún rayo de luz. Para conseguir que crezca correctamente, tan sólo es necesario regar con moderación cada 3 o 4 días y pulverizar sus hojas al menos una vez a la semana.
Esta planta de interior proviene de Asia y se caracteriza por sus hojas grandes y anchas, con un color verde intenso. Quienes estén más familiarizados con la vegetación pueden realizar el abonado cada 3 meses y un trasplante una vez que han pasado dos años desde la adquisición.
Las hojas de esta planta son unas de las más llamativas porque tienen forma de costilla (de ahí el nombre que recibe la especie, aunque también Monstera deliciosa). Pese a que puede crecer sin demasiada luz, no ocurre lo mismo cuando no cuenta con la suficiente humedad. Su origen está en la selva y por ello necesita esta condición para sobrevivir. También hay que tener en cuenta que, si se expone de forma continuada a la luz solar, las hojas pueden terminar quemándose.
Esta planta es una de las más comunes en el interior de las viviendas por los pocos cuidados que necesita. Si se riega de forma periódica, sin llegar a encharcar, se puede disfrutar de un espacio verde muy frondoso. Aunque sus hojas son muy pequeñas, el abundante crecimiento permite alcanzar una gran intensidad.
El ficus benjamina también recibe el nombre de laurel de la India, matapalo, caucho benjamina o boj. Lo más aconsejable durante su crecimiento es ir podando para dar la forma adecuada y su resistencia permite que se pueda colocar en el exterior en algunos momentos.
Se trata de dos especies que lideran el ranking de las plantas de interior más resistentes. Ambas provienen de zonas desérticas, por lo que pueden sobrevivir incluso en condiciones extremas. No hace falta regar a menudo, aunque sí ubicarlas en zonas donde llegue la luz del sol.
Esta planta, que también recibe el nombre de mala madre, es una de las que predominan en los hogares donde sus habitantes no tienen ninguna habilidad con la jardinería. Son muy fáciles de identificar porque su aspecto son unos tallos muy largos que cuelgan hacia fuera.
Al igual que la mayoría de las especies de esta selección, resisten muy bien la falta de luz natural, aunque conviene analizar el tipo de hoja de que se trate para exponer la planta en mayor o menor medida. A pesar de ello, es una de las macetas más duraderas que se pueden tener.
Con este nombre tan particular se conoce una planta que se caracteriza por sus hojas largas y afiladas que crecen hacia arriba. Su aspecto es muy original, aunque su punto fuerte es que puede sobrevivir bajo condiciones extremas. Sus cuidados se limitan casi a cero, ya que durante el invierno no hace falta regarla. No obstante, para conseguir que la lengua de suegra crezca siguiendo la forma vertical, es aconsejable colocarla en una maceta pequeña y estrecha.
Se trata de una de las plantas de interior más resistentes y llamativas si se cuida adecuadamente. Los potos no necesitan mucho riego e incluso es recomendable dejar que la tierra se seque entre una vez y otra. Es preferible que esté ubicado en un ambiente seco, con la incidencia directa del sol y una temperatura moderada entre 16 y 21 grados.
Por su popularidad, merece una mención aparte, aunque se trata de una variedad de las especies suculentas. Tener aloe vera en casa es un acierto seguro, no solo por su presencia, sino por todas las propiedades y utilidades que tiene su jugo. Conviene tener cuidado con el riego para no excederse, sobre todo durante los meses de otoño e invierno. Junto a ello, puede crecer perfectamente en las zonas de interior donde la temperatura sea cálida y haya luz natural.
El color madera del tronco de esta planta aporta un toque diferente al espacio y sus hojas en la parte superior recuerdan, en cierto modo, a una palmera. Esta especie también se conoce como drácena y para crecer adecuadamente necesita estar ubicada en un ambiente bien iluminado con los rayos del sol de forma indirecta. Sus hojas son muy finas, por lo que para evitar su debilitamiento es necesario regar solo cuando la tierra esté seca.
Su particular aspecto ha llevado a esta planta, también llamada Camadorea, a ganarse un hueco privilegiado en el interior de muchas viviendas. Su reducido tamaño permite que pueda colocarse en cualquier rincón. Para mantenerla impecable, tan solo hay que regar de forma moderada y no olvidarse de secar las hojas después de añadir agua.
La palmera de salón proviene de México y Guatemala, y su resistencia se debe sobre todo a que es capaz de vivir en espacios poco iluminados, siempre que las condiciones de humedad sean las adecuadas. Es interesante señalar que esta planta permite eliminar olores desagradables de las estancias, por lo que además de decorar, también consigue crear un ambiente acogedor.
Es otra especie de planta crasa que resulta muy atractiva por los pocos cuidados que requiere. A diferencia de otras de su misma familia, el kalanchoe se caracteriza por sus abundantes flores. Dentro de la misma planta es posible encontrar infinidad de variedades, pero su denominador común es la supervivencia bajo condiciones de escasez de agua y altas temperaturas.