Ningún producto
Los precios se muestran con impuestos incluidos
Publicado el : 15/10/2018 11:22:36
Categorías : Bricolaje , Hogar
En los últimos años, la iluminación que hemos utilizado durante toda la vida, tanto en las viviendas como en los centros de trabajo o en los locales de ocio, está experimentando un cambio importante. Gracias a los avances, con el paso del tiempo se van descubriendo nuevos sistemas más sostenibles que alumbran con la misma intensidad, o incluso más, sin suponer un gasto excesivo de energía.
Es precisamente lo que hemos vivido en los últimos meses con las bombillas halógenas. Desde el 1 de septiembre de 2018 está prohibida su fabricación por aplicación de una norma de la Unión Europea que regula los requisitos de diseño ecológico para las lámparas de uso doméstico no direccionales.
Con esta medida, ahora las bombillas LED toman el relevo y serán las que se instalen en cualquier casa cuando alguna de las antiguas se estropee. En comparación con las luces halógenas, éstas tienen un consumo más contenido y se calientan menos. Además, duran mucho más tiempo, por lo que no sólo contribuyen al sostenimiento del planeta, sino que también constituyen un ahorro, tanto en electricidad como en recambios. Aunque es cierto que su precio es más alto que en el caso de las bombillas convencionales, a largo plazo compensa por los múltiples beneficios que ofrecen.
¿Por qué se prohíben las bombillas halógenas?
A pesar de que esta medida ya se ha puesto en marcha, la eliminación de las bombillas halógenas del mercado será progresiva, ya que los establecimientos pueden vender sus stocks hasta fin de existencias.
Con esta directiva, la Unión Europa pretende terminar con todos los sistemas que resultan menos eficientes y contaminan en mayor medida. En este sentido, las luces halógenas, por sus características, forman parte de esta actualización, aunque también es posible encontrar otros productos dentro de este proyecto, como lavadoras, calderas, ordenadores, etc.
Además de contar con una clasificación energética A y B, la iluminación LED ofrece la posibilidad de incorporar otro tipo de innovaciones para que el ahorro energético sea aún mayor. Algunos ejemplos de esto pueden ser la opción de apagado automático ante una gran cantidad de luz natural o mediante la voz.
La normativa propicia el uso de las fuentes de iluminación LED de acuerdo a la estrategia marcada en el protocolo de Kioto para reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero y conseguir, en concreto, un alumbrado más sostenible y eficiente.
Ventajas de las luces LED frente a las halógenas
Las bombillas halógenas, aunque fueron una evolución de las incandescentes, incorporan un filamento de tungseno y yodo o bromo. Su mecanismo conlleva a que su vida útil sea relativamente corta y la energía que necesitan para funcionar es bastante alta. Por su parte, la tecnología LED es en la actualidad la forma más ecológica de arrojar luz, ya que consume muy poca electricidad (un 90% menos) y no contiene materiales tóxicos o contaminantes.
Según algunos estudios, la prohibición del sistema halógeno puede llegar a suponer un ahorro de hasta el 15% en la factura de la luz. Aparte del ahorro de energía, otra cifra que alaba los beneficios de estas bombillas es su larga duración que puede alcanzar las 50.000 horas en comparación con las 4.000 horas como máximo de las halógenas, independientemente del número de veces que se enciendan y se apaguen o cuánto tiempo estén funcionando.
Tal como prevé la Comisión Europea, se espera que, en el año 2020, el ahorro de electricidad que se haya alcanzado sea similar al consumo anual de 11 millones de viviendas. Sin embargo, aunque esta iniciativa supone un gran paso para el cuidado del medio ambiente, también se debería prestar atención a otros sistemas habituales en los hogares que protagonizan un enorme consumo.