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Publicado el : 29/07/2015 12:31:54
Categorías : Albañilería , Construcción
Una de las mejores sensaciones cuando sales de viaje es que siempre encuentras algo que te sorprende o, mejor aún, que te obliga a hacer una pequeña parada en el camino para preguntarte por qué una misma cosa se hace de una forma determinada en tu tierra pero no en la tierra del vecino.
Tejado estilo tejas segovianas
Eso es exactamente lo que me ocurrió en una escapada a Segovia, una pequeña ciudad que me cautivó no sólo por su magnífico acueducto y por sus increíbles rutas de senderismo sino también por la amabilidad de la gente. Sin embargo, lo que me dejó perpleja fue mirar hacia los tejados y darme cuenta de la peculiar forma en la que estaban dispuestas las tejas que, a mi modesto entender, el pobre hombre que las colocó no debía entender mucho de tejados. Pero, desde luego, quien no sabía nada era yo…
Cuando pensamos en tejados a la inmensa mayoría se nos viene a la cabeza la imagen del típico tejado de toda la vida, tan predominante en cada rincón de la geografía española. En este tipo de tejados se emplea la teja árabe o teja curva que se fabrica con material cerámico y está constituida por dos piezas: la canal y la cobija. La teja canal es una teja de lomo pronunciado cuya concavidad se coloca hacia arriba y sirve para canalizar el agua que cae, de forma que ésta fluya siguiendo la pendiente del tejado. La teja cobija tiene la misma forma troncocónica que la teja canal pero su parte convexa va hacia abajo y se coloca a horcajadas sobre dos tejas canal.
Para explicarlo de la forma más sencilla posible diremos que la teja árabe se coloca en hileras de forma alterna, es decir, primero se colocan las tejas canal (con la parte cóncava hacia arriba) y a continuación, sobre las tejas canal, se colocan las tejas cobija (con la parte convexa hacia abajo). Antiguamente las tejas se fijaban a la cubierta de madera con una mezcla de barro y paja. Hoy en día las tejas van amorteradas o fijadas a la cubierta para asegurar su posición. Una teja bien colocada ofrece un perfecto aislamiento contra la lluvia, la nieve y el granizo, evitando así las temibles y dañinas goteras.
Como ya comentamos al principio del artículo este tipo de tejados presenta una peculiaridad y es que, al verlos, uno tiene la sensación de que o bien faltan tejas o bien las que hay están colocadas del revés. Pues ni lo uno ni lo otro, simplemente se trata de un sistema de colocación de tejas radicalmente distinto al tradicional tejado de teja árabe que todos conocemos pero que no por ser diferente resulta menos eficaz en cuanto a capacidad de aislamiento se refiere.
Tejado del Castillo de Cuellar al estilo segoviano
Los dos tejados emplean el mismo tipo de teja, es decir, la teja árabe. Para diferenciar un tejado árabe de un tejado segoviano se podría decir que el tejado tradicional árabe está formado por tejas canal y tejas cobija mientras que el tejado segoviano sólo emplea tejas canal. Es decir, el tejado tradicional tiene una doble capa de tejas árabes (canales y cobijas) y el tejado segoviano una única capa de tejas árabes (tejas canal). En consecuencia, resulta evidente que un tejado segoviano precisa muchas menos tejas que un tejado tradicional árabe, lo que reduce de forma significativa el coste de material. Otra diferencia que suele pasar inadvertida es la forma de la teja: de sección troncocónica en el caso de la teja árabe clásica y de sección cilíndrica en el caso de la teja segoviana.
La colocación de la teja segoviana es muy sencilla puesto que, al no emplear tejas cobija (con la parte convexa hacia abajo), sólo hay que hacer hileras de teja canal (con la parte cóncava hacia arriba) de modo que queden bien juntas y encajen a la perfección. Antiguamente los tejados segovianos se construían de la siguiente manera:
Paso 1. Se colocaban soportes de vigas de madera a modo de estructura para que soportaran todo el peso.
Paso 2. Sobre las vigas de madera y de forma transversal a las mismas se alineaban tablas de ripia que se caracterizan no por ser tablas de calidad sino tablas de diferentes longitudes sin machihembrar, procedentes de otras obras o reutilizadas.
Paso 3. Una vez colocadas las tablas de ripia se cubrían con una capa de barro de arcilla lo suficientemente gruesa. Esta arcilla tenía la particularidad de que se hinchaba cuando entraba en contacto con el agua procedente de las lluvias.
Paso 4. Finalmente se colocaban hileras de tejas canal bien juntas, colocando tejas cobija sólo en algunas hileras y en las cumbreras lo que suponía un enorme ahorro de material. En la actualidad, y gracias a los innovadores materiales empleados en el sector de la construcción, se comienza con una estructura de ladrillos rasillón que será la que sirva de soporte al tejado. Después se cubre con una resistente capa de compresión de cemento y mallazo. A continuación, se expande una capa de poliuretano proyectado o se coloca una cubierta de onduline bajo teja para garantizar la impermeabilidad del tejado. Y,finalmente, se colocan las tejas canal al estilo segoviano bien sea por tradición o por gusto arquitectónico.
Lo cierto es que hay infinidad de historias sobre cómo y porqué surgió esta manera tan singular de colocar las tejas. Lo mejor para no andar elucubrando sobre las posibles causas es ir directamente a la versión oficial ofrecida por Patrimonio Nacional que resulta teóricamente plausible. Y es la que sostiene que las tejas se colocaban de esa forma tan peculiar para permitir que el agua pasara en la justa medida para mojar la capa de arcilla sobre la que se asentaban. Una vez empapada la arcilla, sus propiedades expansivas provocaban que ésta se expandiera de tal forma que con ello se conseguía que el tejado quedara completamente impermeabilizado. Este parece ser el motivo principal por el que se prescindía de la colocación de las tejas cobija.
Segovia no se caracteriza precisamente por sus abundantes lluvias sino por poseer un clima de inviernos prolongados, fríos y secos y veranos cortos pero calurosos. Sería interesante analizar si el típico tejado segoviano habría resultado igual de efectivo en aquella época pero en zonas con climas muy lluviosos.