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Publicado el : 03/01/2020 11:33:38
Categorías : Cuidados del jardín , Trucos de jardinería
La llegada del otoño no significa dejar a un lado los cuidados del jardín, sino que en esta época del año también se puede disfrutar de este espacio al aire libre. Durante los meses de esta estación, las hojas de los árboles, las plantas y las flores tienden a cambiar de color y de aspecto hasta que llega el momento en el que se marchitan y se caen. En este sentido no hay de qué preocuparse, ya que se trata de un ciclo y por ello, se debe tener todo controlado, así como realizar un mantenimiento para preparar el oasis particular de cara al invierno.
Es importante considerar que en otoño las temperaturas comienzan a bajar y las lluvias suelen ser más abundantes y frecuentes. Por lo tanto, hay que adaptar las tareas propias del jardín a estas condiciones meteorológicas; sin olvidar que la próxima época se caracteriza por un tiempo más desapacible y que el espacio debe estar en perfecto estado para que no se eche a perder por completo.
Ya que el otoño es sinónimo de caída de hojas secas, una de las tareas básicas que se deben realizar de forma periódica es la limpieza del espacio para retirar todo lo que se cae de las plantas y los árboles. Si se llegan a acumular muchas hojas secas en la superficie, es posible que se produzca un aumento de la humedad y como consecuencia de ello, una mayor proliferación de insectos y plagas.
Del mismo modo, se deben quitar las malas hierbas del suelo, así como retirar las plantas que se encuentren en un estado deficiente. En lugar de tirar a la basura estos restos que se han recogido, se pueden aprovechar para fabricar compost que después servirá para abonar.
El otoño es la época idónea para realizar la poda de las plantas y de algunos árboles. De este modo se preparan para afrontar el invierno sin problemas y se garantiza un crecimiento adecuado. Por otro lado, también se puede aprovechar esta estación para quitar las hojas y ramas que estén más débiles, o añadir abono orgánico para incrementar su fortaleza.
Aunque parezca increíble, antes del invierno es una ocasión perfecta para sembrar nuevas semillas de árboles, frutos o arbustos. Las lluvias y las bajas temperaturas de los meses otoñales son realmente favorecedores para que se desarrollen transcurrido el periodo necesario.
Asimismo, se puede aprovechar el otoño para hacer esquejes con el fin de reproducir las plantas por las que se sienta una mayor predilección. La explicación para hacerlo en esta época es la misma que en el caso de las nuevas siembras: las condiciones climatológicas son buenas para que las plantas no estén sometidas al estrés característico del verano por las altas temperaturas.
Con el fin del verano, las rachas de aire suelen ser más fuertes, por lo que las plantas y arbustos del jardín deben protegerse si no están ubicadas debajo de un porche. En el caso de las especies de tallo largo o frutales, lo más conveniente es colocar una guía para que no les afecte el viento y continúen creciendo derechas.
También se deben tener en cuenta las heladas de las noches de invierno. Para proteger frente a estas circunstancias, nunca está de más instalar un plástico o un acolchado encima de las plantaciones más sensibles.
Dado que las lluvias se repiten más a menudo y las temperaturas son más bajas en otoño, es necesario regar con moderación y menos frecuentemente. Sobre todo, si el jardín está ubicado en una zona lluviosa, probablemente no sea necesario realizar esta tarea hasta que llegue el buen tiempo de nuevo. No obstante, se deben tener en cuenta siempre las necesidades particulares de cada planta.
En el otoño se dan las condiciones idóneas para que las plagas y enfermedades en las plantas se propaguen con una mayor facilidad. Ello se explica porque la humedad del suelo es mayor y para evitarlo se debe proteger adecuadamente. Una solución muy eficaz consiste en aplicar fungicidas a modo preventivo, así como evitar en la medida de lo posible que se produzca una elevada condensación en la superficie.
Por otro lado, en caso de que las plantas ya sufran alguna infección, el otoño es un buen momento para aplicar un tratamiento insecticida, ya que les afecta en menor medida.
Entre los cuidados básicos del jardín en otoño no se puede dejar a un lado el césped. Cortarlo al nivel más bajo, airear para que entre oxígeno en las raíces, escarificar para eliminar las zonas más secas y añadir fertilizante son tareas con las que se consigue mantenerlo en buenas condiciones.