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Publicado el : 28/10/2019 17:06:13
Categorías : Bricolaje , Trucos de bricolaje
Si miramos a nuestro alrededor, posiblemente veamos que el hierro es un material predominante en nuestra vivienda, junto con la madera o el azulejo. Gracias a su alta resistencia, el hierro constituye la base de muchas estructuras y muebles, sobre todo en los espacios exteriores para soportar en mayor medida la dureza de la intemperie.
Sin embargo, suele ser uno de los materiales que parece tener una mayor complejidad a la hora de pintarlo. Con los cuidados y los materiales adecuados podemos ver que pintar las superficies de hierro es una tarea sencilla.
Uno de los principales problemas de este material es el óxido que recubre la superficie con el transcurso del tiempo. La oxidación no solo produce un aspecto desagradable, sino que si no se trata a tiempo puede provocar daños más importantes.
La oxidación del hierro se produce cuando el mismo se encuentra expuesto durante un largo periodo de tiempo al oxígeno y el agua, es decir, en condiciones de humedad. Sin embargo, este proceso no se produce cuando se encuentra en un ambiente totalmente seco. En función del tipo de metal de que se trate, en lugar de óxido es posible que se corroa, aunque de esta norma se excluye el hierro y el acero.
Por lo tanto, para que el óxido no afecte al mobiliario, las vallas, las rejas, las barandas o las puertas, es imprescindible realizar un mantenimiento periódico que pasa de forma irremediable por pintar los diferentes objetos.
Por suerte, en el mercado podemos encontrar un tipo de pintura para cada aplicación. En el caso de los objetos de hierro no es para menos y los productos más adecuados son los que tienen propiedades antioxidantes. De esta forma se pueden mantener los diferentes elementos en buen estado durante mucho más tiempo, ya que la protección que confieren estas pinturas y esmaltes evita que aparezca la oxidación.
Al igual que en otros casos, las pinturas para hierro están disponibles en una amplia variedad de colores y acabados. Entre estos últimos, los más populares son el liso, el mate, el satinado y el forja o martelé.
En la elección de la pintura es muy importante tener en cuenta algunos requisitos: debe estar preparada para aplicarse directamente sobre superficies oxidadas; tiene que ser resistente a los cambios bruscos de temperatura y, sobre todo, a la humedad; y, por último, es fundamental que ofrezca una garantía de durabilidad de 10 años como mínimo.
Se recomienda la pintura acrílica o de látex, que es la que mejor se adapta al material metálico. Estas pinturas requieren una primera capa de imprimante o base para tapar los poros en la superficie del metal y así conseguir que el resultado final sea más uniforme. Gracias a esto se conseguirá que la pintura aguante más tiempo y evitará que el metal se oxide rápidamente.
Teniendo los productos adecuados y paciencia para conseguir el mejor resultado, no resulta tan complejo pintar los objetivos de hierro que tengamos en nuestro hogar o jardín. Para evitar que el óxido estropee la pintura y el objeto de hierro, puedes utilizar cera microcristalina o aceite de linaza para proteger las piezas que tengas en interiores, y para el exterior lo mejor es utilizar un barniz antioxidante.