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Publicado el : 19/08/2021 16:55:46
Categorías : Bricolaje , Hogar
En la actualidad, es bastante extraño encontrar cocinas de gas en las viviendas, ya que la introducción de las vitrocerámicas desplazó a un segundo plano el sistema tradicional. Sin embargo, en algunos hogares se sigue optando por cocinar en los fogones, así como en las cocinas profesionales, sobre todo de los restaurantes.
Dado que las cocinas se ensucian con mucha facilidad, en el caso de las parrillas y los quemadores ocurre lo mismo. Para mantener unas condiciones de higiene óptimas es fundamental limpiar después de cada uso. Además, es necesario para evitar posibles obstrucciones de los orificios o accidentes que tengan lugar por el contacto de algún alimento o líquido con el gas.
Los quemadores son las piezas en forma de círculo por donde sale la llama cuando se enciende la cocina. Antes de empezar con la limpieza de esta parte es necesario asegurarse de que se ha enfriado por completo. Si es así, se deben retirar e introducir en el fregadero lleno de agua y un poco de detergente que se utilice para fregar los platos.
Después de dejar los quemadores en remojo durante un rato, se debe usar un estropajo para frotarlos bien y retirar toda la suciedad que tengan incrustada. Es muy importante completar este paso para prevenir que los orificios se taponen, lo que puede suponer un riesgo y un deterioro del sistema.
Si esta solución no funciona porque las piezas están muy sucias, es posible poner en práctica otros trucos:
Los hierros de una cocina de gas son uno de los elementos donde más se acumulan los restos de comida y que resulta más difícil de limpiar debido a los múltiples ángulos que presentan. En este caso, no queda más remedio que armarse de paciencia y rascar con una esponja de aluminio humedecida en agua y jabón.
Si estas parrillas están muy sucias, es necesario repetir el proceso varias veces hasta que queden perfectas. Al igual que en el supuesto de los fogones, en los hierros también se pueden poner en práctica cualquiera de las recomendaciones anteriores tomando las precauciones necesarias.
La base de una cocina de gas es la parte más sencilla de limpiar. Para ello, tan solo es preciso pasar una esponja mojada en agua y jabón. No obstante, si existe suciedad que lleva tiempo pegada, es necesario añadir algún producto desengrasante y dejar que actúe durante unos minutos antes de retirarlo con una bayeta.
No es recomendable utilizar estropajos en esta zona, ya que pueden dañar el acero de la superficie. Además, esta tarea se debe realizar con los quemadores y los hierros quitados para conseguir llegar a todos los recovecos.
Por último, es conveniente utilizar limón para aportar brillo a la cocina de gas. Este truco consiste en partir uno de estos cítricos por la mitad y pasarlo por la placa, así como por las distintas piezas de los fogones.