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Publicado el : 25/03/2022 13:24:34
Categorías : Bricolaje , Trucos de bricolaje
Los restos de pegamento suelen ser un tipo de mancha muy habitual en distintos objetos y superficies de cualquier espacio. Quitarlos no siempre suele ser una tarea fácil por la fuerza con la que se encuentran adheridos o por los daños que se pueden causar al poner en práctica diferentes remedios. Por ello, es recomendable seguir algunos trucos para eliminar estos residuos de una manera efectiva.
Antes de retirar una pegatina u otro adhesivo es aconsejable aplicar calor sobre los mismos utilizando un secador de pelo. De este modo, se consigue reblandecer el pegamento para que, a la hora de quitar el papel, los restos que queden adheridos sean mínimos.
Otra técnica para calentar consiste en introducir unos trapos en un recipiente con agua hirviendo. Una vez que los textiles han subido de temperatura, se colocan sobre la mancha. Después de esperar unos minutos, se pasa una espátula para despejar los restos que queden teniendo cuidado de no dañar la superficie.
El vinagre blanco por sí solo es un potente limpiador de restos de pegamento. Tan solo hay que aplicar algunas gotas de forma directa sobre las manchas y estas empezarán a desaparecer casi de manera inmediata. En los casos más difíciles, se puede usar una lija o un cepillo para dejar la zona impoluta sin demasiado esfuerzo.
Otra opción consiste en mezclar un vaso de vinagre con medio litro de agua caliente. La alta temperatura de este líquido permite que, al frotar sobre los residuos, se vayan desprendiendo de forma progresiva.
Estos productos se caracterizan por ser demasiado agresivos, por lo que no se deben utilizar en tejidos o áreas delicadas. La técnica consiste en añadir aguarrás o alcohol de quemar sobre un algodón y frotar encima de los restos de pegamento. Una vez que están bien impregnados, se debe dejar secar y posteriormente aplicar calor con un secador de pelo.
Debido a su composición, el quitaesmalte o la acetona tienen la capacidad de deteriorar los colores, así que conviene no emplear este tipo de líquido en superficies que sean susceptibles de dañarse fácilmente. Asimismo, no se puede aplicar sobre el plástico porque se deterioraría.
Por norma general, se recomienda recurrir a esta solución cuando se trata de un pegamento muy duro. Para ello, es necesario añadir un poco de producto sobre la mancha y después terminar de eliminarla con un cepillo pequeño.
Dado que el aceite de oliva es un líquido muy denso, a la hora de utilizarlo para eliminar restos de pegamento, es aconsejable rociar muy poca cantidad sobre un algodón o un trapo y frotar sobre el área afectada. En último lugar, se debe limpiar con agua y jabón. Es importante tener en cuenta que esta solución solo es apta para objetos de cristal, metal u otro material donde no pueda quedar ninguna mancha de grasa.
Sin duda, los restos de pegamento en cualquier superficie no se resisten con esta herramienta. Para conseguir mejores resultados es conveniente utilizar una lija de grano grueso al principio y otra de grano fino para el remate final. Por último, cuando la zona haya quedado totalmente lisa, se debe pasar un paño húmedo para quitar todos los residuos.
El limón es un alimento natural que también funciona como desinfectante y desengrasante, aunque si se mezcla con sal se potencian aún más sus propiedades. Por ello, estos dos ingredientes forman una combinación perfecta para limpiar el pegamento.
El truco consiste simplemente en exprimir el jugo de un limón sobre la zona afectada. Después de dejar que actúe durante 15 minutos, se añade sal encima. A continuación, es preciso esperar un poco más de tiempo para retirar con una espátula finalmente los restos que estaban adheridos.
En las ferreterías y tiendas especializadas en bricolaje es posible encontrar productos específicos para quitar los restos de pegamento. En la mayoría de los casos, se trata de soluciones muy abrasivas, por lo que conviene leer detenidamente las indicaciones para saber si se pueden aplicar sobre determinadas superficies.