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Publicado el : 07/08/2019 12:42:20
Categorías : Albañilería , Construcción
Si crees que ya ha llegado el momento de cambiar el suelo de tu casa y llevas tiempo pensando en la posibilidad de colocar un pavimento laminado, en este artículo te damos todas las claves para que tomes la decisión más acertada. Al igual que otros tipos de materiales, existen infinitos modelos y conviene realizar un análisis para elegir el que mejor se ajuste al estilo de la vivienda y las necesidades particulares.
El suelo laminado está compuesto de varias capas que combinan madera y láminas, unidas entre sí con resinas de alta resistencia. Gracias a la diversidad de los materiales que se utilizan, es posible seleccionar entre diferentes acabados que van más allá de la tradicional imitación del parqué. Además, el grosor estándar de este tipo de pavimentos suele oscilar entre 8 y 10 milímetros.
Entre sus principales beneficios destacan la calidez y confortabilidad que aportan a la vivienda, su precio económico y su resistencia a los impactos, arañazos, manchas, etc.Asimismo, hay que destacar que los suelos laminados se instalan fácilmente, sin que sea necesario retirar el antiguo pavimento.
Aunque las láminas se limpian de un modo muy sencillo y no necesitan demasiados cuidados, es importante recordar que no se pueden lijar, lo que marca una gran diferencia con el parqué. Para un correcto mantenimiento, tan solo es necesario pasar una mopa o un aspirador a diario y utilizar productos neutros específicos para una limpieza más a fondo.
Como hemos comentado, existe una gran diversidad de suelos laminados con distintos diseños, texturas, colores, etc. Así, se puede elegir un pavimento que imite la madera como los más clásicos, pero también otro que simulen la piedra o el cemento.
En cuanto a las tonalidades, las más demandadas suelen ser el blanco, gris o beige. Sin embargo, quienes quieran poner un pavimento más atrevido, también pueden encontrar colores rojizos o más oscuros.
Aunque todos los suelos laminados suelen ser duros, el nivel de resistencia varía de unos modelos a otros según la composición. Es importante fijarse, sobre todo, en la capa superior que es la que se encarga de proteger a las inferiores del desgaste que se vaya produciendo.
La resistencia de este material se clasifica en 6 niveles y se identifica por las letras “AC”, acompañadas de un número del 1 al 6. Cuanto más alto sea el número, mayor resistencia ofrece el suelo en cuanto a la exposición al agua, golpes, manchas, arañazos, etc. Por lo tanto, en los hogares donde hay niños pequeños o el trasiego de gente es continuo, conviene elegir una consistencia mayor.
El proceso de instalación de los suelos laminados es muy sencillo, aunque ello no significa que no sea necesario fijarse en el sistema de ensamblado. En la actualidad, el más extendido es el anclaje de piezas en “clic”, que va desplazando cada vez más al antiguo ensamblado con cola. De esta forma, el trabajo se realiza rápidamente sin necesidad de utilizar ningún adhesivo y sin renunciar a un acabado de calidad.
Se recomienda que la anchura del pavimento no sea inferior a 8 milímetros. Aunque a menudo se desconoce, lo cierto es que el grosor del suelo influye de manera directa en la resistencia del mismo. Al aportar más firmeza, se incrementa su durabilidad.
Al igual que los suelos de cualquier otro material, el sellado de las juntas es indispensable para contribuir a la resistencia del pavimento y evitar que entre humedad o agua entre ellas que pueden acelerar su deterioro. Por lo tanto, es recomendable decantarse por un suelo laminado que incorpore un buen sistema de unión a base de productos de calidad. Además, esto también contribuye a unificar el firme y aportar una estética más suave.
En la actualidad, los avances en los materiales permiten decantarse por suelos laminados que incluyen algunos extras para usos concretos y para facilitar su mantenimiento. Entre los más comunes se encuentran las propiedades antibacterianas para mantener el pavimento libre de cualquier germen que se pueda transportar a través de los zapatos, las mascotas, etc.
También es interesante elegir un suelo antideslizante y antirayados para evitar posibles accidentes domésticos e incrementar la resistencia aún más, respectivamente. Por otro lado, eligiendo un pavimento antiestático es una manera de prevenir las descargas de electricidad que tantas molestias causan al tocar algún objeto de metal.