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Publicado el : 11/06/2021 14:35:53
Categorías : Calefaccion , Construcción
El agua caliente es un recurso imprescindible en cualquier vivienda que se utiliza para realizar múltiples tareas diarias que van desde ducharse hasta cocinar, lavar la ropa, etc. El uso de este suministro se traduce en un importante gasto cada mes, sobre todo si se cuenta con un termo eléctrico.
Estos aparatos consisten en un depósito de agua que incorpora una resistencia eléctrica para calentar el agua. Dado que se trata de un electrodoméstico, se debe tener en cuenta que supone un incremento en la factura de la luz, aunque existen algunos consejos que se pueden poner en práctica para conseguir ahorrar utilizando este dispositivo.
En teoría, si el termo eléctrico permanece apagado y únicamente se conecta cuando se va a utilizar, el gasto de electricidad es menor. Sin embargo, depende de los hábitos de consumo de agua caliente que se tengan en cada casa en concreto.
En el supuesto de que se use de manera continuada durante todo el día, lo más recomendable es dejar el aparato enchufado. En el caso contrario se produce un derroche desmesurado cada vez que se tiene que poner en marcha. No obstante, en otros supuestos es interesante desenchufar el termo para conseguir un ahorro, como cuando se pasan largos periodos de tiempo fuera de casa o durante la noche.
Es aconsejable adquirir siempre un modelo que se pueda programar, como es el caso de los termos más actuales. Estos aparatos incluyen un programador que permite fijar diferentes horarios de uso, así como la temperatura. Esta es la forma más cómoda de ahorrar, ya que el agua caliente está disponible en las franjas en las que se necesite, mientras el termo permanece apagado el resto del tiempo.
Si ya se cuenta con un aparato más antiguo que no incluye esta funcionalidad, es posible comprar un temporizador que cumple la misma función. Estos dispositivos se conectan al enchufe del termo eléctrico y permiten seleccionar igualmente los intervalos de uso.
Los termos antiguos tienen un consumo de energía mayor que los modelos más actuales. Por ello, es importante hacer números y valorar la posibilidad de comprar uno nuevo que ofrezca la máxima eficiencia energética. Aunque en un principio suponga una inversión, a largo plazo se traduce en un ahorro considerable.
Este consejo no solo es de gran ayuda para ahorrar con un termo eléctrico, sino con todos los electrodomésticos de una vivienda. Este tipo de contratos de luz establecen dos franjas horarias con distintas tarifas: horario Valle (de 22:00 o 23:00 a 12:00 o 13:00) que se corresponde con el periodo más barato y horario Punta (de 12:00 o 13:00 a 22:00 o 23:00) que comprende las horas más caras.
De este modo, es posible aprovechar las noches para conectar el termo eléctrico y disponer de agua caliente por la mañana pagando un coste menor. Además, durante el horario Punta es recomendable hacer el menor uso posible de este electrodoméstico para evitar que se dispare la factura de la luz.
Normalmente, los termos eléctricos están instalados en los cuartos de baño o en las cocinas. Esta ubicación no es aleatoria, sino que responde a la necesidad de estar colocados lo más cerca posible del punto de suministro para evitar que se pierda calor durante el recorrido. Asimismo, es fundamental que el aparato siempre esté colocado en el interior de la casa para ahorrar la energía que se necesita para contrarrestar los cambios de temperatura.
Si el termo eléctrico cuenta con un aislamiento adecuado es sinónimo de ahorro de energía. Esta protección varía en función del clima de la zona, aunque siempre es recomendable adquirir un modelo que incorpore materiales aislantes de serie. En caso contrario, se pueden colocar ciertos elementos fabricados con corcho o lana de vidrio en la superficie del termo, sin llegar a cubrir la parte inferior.