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Publicado el : 13/05/2022 12:39:30
Categorías : Bricolaje , Trucos de bricolaje
Los muebles de melamina son una de las opciones más económicas que se pueden adquirir en la actualidad para conformar cualquier espacio de una forma sumamente práctica. Sin embargo, no presentan una calidad tan alta como otros materiales, lo que conlleva a que se vayan deteriorando y perdiendo color con el paso del tiempo.
Este tipo de mobiliario se compone de tableros de densidad media, los cuales están fabricados con fibras de maderas y resinas sintéticas comprimidas. Posteriormente, para conseguir un acabado resistente y no poroso se añade un revestimiento plástico.
Por suerte, cuando estos objetos se empiezan a desgastar es posible darles una segunda vida a través de la pintura. Lo mismo se puede hacer cuando la finalidad es renovar el estilo de la decoración sin invertir demasiado dinero y sin apenas esfuerzo. Para ello, tan solo hay que seguir algunos pasos muy sencillos.
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Para trabajar con una mayor comodidad es importante empezar por desmontar el mueble y quitar los pomos si los tuviera. De este modo, es menos probable dejarse alguna zona sin cubrir o llegar a pintar por completo los accesorios que presentan más recovecos.
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El tratamiento previo que se lleve a cabo en el mueble será clave en la adherencia posterior de la pintura. Por ello, es recomendable realizar las siguientes tareas en función del estado en el que se encuentre la superficie:
Para asegurar un buen agarre suele ser necesario lijar toda el área, haciendo un especial hincapié en las zonas con más irregularidades. Para ello se puede usar una lijadora eléctrica o un taco de lija de grano medio de tal modo que desaparezca el brillo de la melamina y se abra ligeramente el poro.
Antes de pintar también es muy importante arreglar los arañazos, los huecos u otros desperfectos que pueda tener el mueble. En función de la gravedad, se debe aplicar masilla para madera con una espátula y una vez que se haya rellenado la grieta, no hay que olvidar lijar para uniformar la superficie.
En cualquier caso, siempre es imprescindible limpiar bien para retirar todos los restos de polvo y suciedad. En este sentido, la mejor solución es pasar un paño humedecido con alcohol en lugar de utilizar un producto que contenga demasiado jabón o cera para eliminar la posible grasa que pueda tener el mueble.
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A la hora de pintar un mueble de melamina se deben tener en cuenta algunos aspectos:
Es fundamental elegir el tipo de pintura adecuado según el uso que vaya a tener la superficie. Así, existen productos más resistentes que otros, incluso algunos que repelen las manchas. Del mismo modo, también es posible encontrar barnices que ofrecen diferentes acabados (brillo, mate, satinado, etc.). Por norma general, las mejores opciones son los esmaltes sintéticos y el tipo chalk paint.
Antes de empezar a pintar con el color y la textura que se haya elegido, hay que aplicar una imprimación para conseguir una mayor adherencia, sobre todo cuando el mobiliario tiene un uso constante. Es muy importante dejar que se seque durante el tiempo que indica el fabricante.
Después de dar la primera mano de pintura tras el cubrimiento anterior hay que esperar al menos 12 horas antes de volver a repetir la acción. En la mayoría de las ocasiones, dos capas son más que suficientes para que el mueble quede perfecto.
Para finalizar, es conveniente proteger la superficie con un barniz que no aporte ningún color.
Se debe tener en cuenta que cuando se pinta un mueble de melamina, se puede aprovechar el momento para cambiar también la tonalidad de los tiradores y los pomos.