¿Cómo iniciarse en la apicultura?

Publicado el : 11/08/2020 09:16:01
Categorías : Apicultura , Material para apicultor

Indice de contenidos:

¿Cómo iniciarse en la apicultura?

Antes de iniciarse en la apicultura es importante saber que esta actividad implica una gran responsabilidad, tanto desde el punto de vista de la seguridad como del cuidado del entorno natural. Por ello, es fundamental informarse previamente sobre todo lo que implica esta tarea y cómo es la biología de las abejas para procurarles los cuidados adecuados.

¿En qué consiste la apicultura?

La apicultura es un trabajo milenario que consiste básicamente en cuidar un grupo de abejas para obtener los productos naturales que estos animales producen. Así, los apicultores se encargan de cuidar los enjambres para conseguir miel, polen, propóleos, cera y jalea real. No obstante, más allá del resultado final, esta actividad ecológica es un reto y quienes la practican no solo reciben un beneficio material, sino que también disfrutan cuidando este tipo de insectos y logrando que se reproduzcan.

Para entender con mayor detalle qué es la apicultura, es interesante explicar que las abejas viven en colmenas, donde a través de la cera que generan van conformando paneles en los que depositan la miel. Dado que la producción se realiza de manera natural, sin intervención de la mano humana, el cometido del propietario se basa fundamentalmente en controlar la población, evitar la presencia de plagas y vigilar que los insectos no contraigan ninguna enfermedad.

Legislación apícola

La principal norma que aplica a nivel nacional en materia de apicultura es el Real Decreto 209/2002, de 22 de febrero, por el que se establecen normas de ordenación de las explotaciones apícolas. Cada país establece su propia legislación y en el caso de España se deben tener en cuenta algunos aspectos importantes, como por ejemplo respetar una distancia mínima de seguridad entre los enjambres y las viviendas.

Además, los titulares de las explotaciones apícolas están obligados a identificar cada colmena, en un sitio visible y de forma lo suficientemente legible, con el código asignado a la explotación a que pertenece. También se debe advertir de la presencia de abejas en un lugar próximo, salvo si se encuentran dentro de una finca cercada.

Junto a ello, para practicar la apicultura de forma legal es necesario asimismo realizar la inscripción registral de las explotaciones apícolas en el organismo competente de la comunidad autónoma donde resida el titular. Para ello, es necesario presentar una solicitud y la documentación que acredite los datos personales del propietario y la información relativa a las colmenas.

Al mismo tiempo, se debe cumplir con la legislación comunitaria, donde destacan los siguientes preceptos:

Reglamento sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios.
Reglamento sobre las medidas destinadas a mejorar las condiciones de producción y comercialización de los productos de apicultura.
Reglamento sobre producción y etiquetado de productos ecológicos.

Ayuda externa para empezar en la apicultura

Para iniciarse en el mundo de la apicultura es recomendable contar con la ayuda de algún especialista o realizar algún curso para aprender las nociones básicas. Si nunca se ha tenido contacto con el mundo de las abejas, es preferible buscar un experto o una asociación local que ofrezca las directrices precisas para comenzar esta actividad. De este modo, no solo es posible contar con los conocimientos y la experiencia de otro apicultor, sino que suele ser la forma más sencilla de conseguir los núcleos de enjambres para desarrollar las colmenas.

En el supuesto de optar por un curso de iniciación en la apicultura, es importante asegurarse de que el programa incluye algunos temas básicos: biología de las abejas, organización de las colmenas, productos que se pueden extraer, posibles afecciones, calendario de tareas o reproducción.

Tamaño de una explotación apícola inicial

Una explotación apícola es el conjunto de colmenas que pertenecen a un mismo titular. Según la ley, se pueden distinguir 3 categorías según el tamaño:

Profesional: más de 150 colmenas.
No profesional: entre 16 y 149 colmenas.
Autoconsumo: menos de 15 colmenas.

Para empezar en la apicultura, es recomendable hacerlo con pocas colmenas. En un primer momento, se aconseja un número de dos, aunque conforme se va adquiriendo destreza en las tareas, se puede ampliar a 4 o 6. El hecho de no comenzar con una solamente se debe a la posibilidad de contar con un apoyo en caso de que exista debilidad en uno de los enjambres.

Se debe tener en cuenta que esta actividad es relativamente compleja, por lo que hasta que no hayan transcurrido al menos dos años, no es posible contar con amplios conocimientos para manejar una cantidad mayor de colmenas. Además, también se debe tener en cuenta la finalidad de la apicultura, es decir, si se toma como un hobby no conviene aumentar demasiado la explotación.

Elegir el equipo de trabajo adecuado

Antes de comprar los materiales y el equipo de apicultura, es necesario elegir el lugar donde se van a instalar las colmenas. En este punto es fundamental tener en cuenta la orientación, la distancia entre unas y otras, así como cumplir con las medidas de seguridad establecidas por ley.

En segundo lugar, se debe adquirir el material de las abejas. Como hemos comentado, para comenzar es suficiente con dos núcleos, los cuales se forman a partir de otra colmena de abejas de un tamaño significativo. Por lo tanto, es necesario comprarlo en un mercado especializado o a un apicultor profesional.

En la conformación del equipo de apicultura, el traje que hay que vestir para trabajar con las abejas tiene una importancia notable. Esta actividad tiene un alto riesgo, ya que cualquier persona puede sufrir el ataque de estos insectos. Por ello, es imprescindible adquirir una vestimenta de alta calidad que no se rompa a la primera de cambio o de lo contrario, las abejas se pueden colar por el agujero más pequeño causando graves consecuencias.

Por último, en la práctica de la apicultura se necesitan algunas herramientas concretas, como por ejemplo un ahumador que radia una nube de humo para calmar a las abejas, un cepillo para retirar la miel, un recipiente recolector, etc.

Se debe tener en cuenta que las abejas necesitan un periodo de adaptación hasta que se acostumbren a su nuevo entorno, por lo que es probable que durante los primeros días se encuentren más alteradas de lo habitual. Tanto en este tiempo como posteriormente, es fundamental proteger las colmenas de posibles amenazas, como pueden ser las hormigas, los ratones u otro tipo de plagas que echan por tierra en cuestión de minutos todo el esfuerzo previo.

Mejor época para empezar en la apicultura

La instalación de los primeros núcleos de abejas se debe realizar en primavera. Después de la época estival, durante los meses de otoño es importante preparar la explotación para que las abejas consigan sobrevivir al invierno. Si el lugar se encuentra en una zona donde esta época del año es especialmente dura, es recomendable cubrir la colmena con un aislante. Además, se debe tener en cuenta que la actividad de los insectos disminuye de forma considerable durante los meses más fríos.

Respecto a cuándo es el mejor momento para recoger la producción, independientemente del mes, se debe hacer siempre a primera hora de la mañana o al anochecer. En estos momentos del día es cuando las abejas se encuentran más inactivas, por lo que resulta más sencillo realizar la recolección de la miel y del resto de productos naturales.

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