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Publicado el : 29/11/2021 11:41:02
Categorías : Construcción , Decoración
La pintura es uno de los mejores recursos para cambiar el aspecto de una vivienda. La gama de colores y acabados es infinita y dentro de la amplia oferta se encuentra un producto específico con el que se puede conseguir un efecto arena. Es una opción altamente recomendable cuando se busca aportar a las paredes un toque más original y exótico.
Al aplicar este tipo de esmalte, la superficie adquiere una cierta rugosidad que imita la sensación que produce la arenilla cuando se toca con los dedos. Además, según la pintura que se compre, es posible que el resultado sea totalmente natural o, sin embargo, adquiera un estilo con más brillo e incluso metalizado. En cualquier caso, esta solución decorativa confiere una textura áspera, del mismo modo que si se hubieran pegado granos de arena sobre la superficie lisa.
Dado que con la pintura efecto arena no se consigue un acabado uniforme, es una alternativa perfecta para cubrir las paredes que presenten alguna imperfección, ya que quedará totalmente disimulada.
Se trata de un producto muy resistente frente a los rozamientos que puede permanecer intacto durante años, tanto en espacios interiores como exteriores.
Es una pintura acrílica, por lo que se seca rápidamente y es muy fácil de limpiar una vez que ha secado por completo.
Se puede aplicar en las paredes de las cocinas y los baños sin miedo a que se estropee por la acción constante de la humedad.
Gracias a los componentes de la pintura efecto arena, si se adhiere correctamente a la superficie, no aparecerán zonas desconchadas como ocurre con otros tipos de esmaltes.
La aplicación de esta pintura conlleva un proceso muy sencillo. Al igual que para pintar de cualquier otro modo, en primer lugar, es preciso limpiar la superficie para eliminar cualquier resto de polvo u otra suciedad que pueda obstaculizar la adhesión del esmalte.
Si la pared está pintada de otro color y es probable que interfiera en la nueva tonalidad, se debe solucionar este contratiempo dando una capa de pintura blanca o de imprimación antes de empezar a aplicar el producto de efecto arena. Es importante tener en cuenta que, si la pared tiene gotelé, se debe quitar este o, en caso contrario, no se obtendrá el resultado esperado.
Una vez que se ha secado, ha llegado el momento de mezclar la base del acabado con el color y mover bien hasta que ambos ingredientes formen una textura homogénea y el tono esté uniforme. Para pintar es importante considerar algunas recomendaciones:
El producto se debe extender formando cruces, de tal modo que la brocha se mueva en diferentes direcciones.
Antes de que la primera capa se seque, es necesario dar una segunda mano.
Para conseguir un resultado más homogéneo, es aconsejable pasar la brocha sin pintura por toda la pared.
En lugar de dividir la superficie del modo que se haría para aplicar una pintura convencional, se debe empezar por una esquina superior e ir moviéndose de un lado a otro.
Además de una brocha, también se puede utilizar una manopla de algodón para extender la pintura en forma de círculos hasta que queden totalmente dispersos.
Si se quiere eliminar la pintura efecto arena de una pared porque el acabado haya ido deteriorándose o simplemente para cambiar el estilo del espacio, existen diferentes sistemas:
Si el efecto arena tiene un grosor considerable por llevar en la superficie varios años es preciso aplicar una capa de mecafino o las que sean necesarias en función del estado en que se encuentre la rugosidad. Este producto proviene del yeso y es perfecto para alisar las paredes gracias a su alto nivel de granulación. Una vez que la pasta se ha secado, es necesario lijar las imperfecciones que hayan quedado.
En el supuesto de que se trate de un efecto arena casi recién aplicado, la opción más eficaz es utilizar una lijadora eléctrica para eliminar los granos finos.