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Publicado el : 10/05/2018 12:19:04
Categorías : Construcción , Herramientas de construcción.
El taladro es una herramienta básica que se debe tener en cualquier hogar. Este aparato permite realizar un sinfín de tareas, desde colgar un cuadro hasta montar un mueble, pasando incluso por lijar una superficie u otro tipo de trabajos más complejos. Teniendo en cuenta que se puede utilizar en cualquier tipo de material para obtener un resultado rápido y sencillo, es preciso elegir el más adecuado a cada casa.
Todos los taladros no son iguales, sino que es posible encontrar una amplia gama con distintas características, diseños, potencias, etc. Si no estamos demasiado familiarizados con las herramientas propias de un manitas, es probable que no sepamos cuál es el taladro que necesitamos para realizar las tareas más habituales.
Algunos de los puntos que debemos valorar para decidir qué taladro comprar hacen referencia a la frecuencia con la que se utilizará esta herramienta, los materiales que se van a taladrar principalmente o los trabajos que se vayan a realizar (perforar, atornillar, pulir, fresar, etc.). Una vez analizados estos aspectos, es importante considerar la siguiente información.
Generalmente, gran parte de los modelos con cable tienen una potencia que oscila entre 500 y 1.300 vatios. Es obvio que cuanta más potencia tenga un taladro, los trabajos se podrán realizar con una mayor facilidad. No obstante, si esta herramienta se va a utilizar principalmente para trabajos domésticos, conviene no decantarse por un modelo que tenga una excesiva potencia o de lo contrario su control presentará algunas dificultades.
Respecto a la potencia de los taladros inalámbricos, ésta viene definida en función del voltaje de la batería que se encuentra aproximadamente entre 10 y 18 V y su fuerza que puede encontrarse entre 1,5 y 3 amperios/hora. Al igual que en el caso anterior, cuanto más altos sean estos valores, mayor será la potencia de la herramienta.
Aunque a priori los taladros inalámbricos resulten más cómodos de utilizar, es necesario considerar que se emplean sobre todo para tareas que requieren poca potencia. El hecho de no tener cable permite moverse libremente, aunque hay que prestar atención a la duración de la batería para contar con la suficiente autonomía durante el tiempo necesario.
En el caso de que busques un taladro sin ninguna limitación en cuanto a potencia y autonomía, y además lo necesites para trabajar sobre materiales duros, la mejor alternativa es un modelo con cable. Con este tipo de herramienta se puede trabajar de manera intensiva y a diferencia del inalámbrico, se puede utilizar en un mayor número de labores.
Por norma general, los taladros con cable son más pesados y resultan más difíciles de manejar, aunque es posible encontrar modelos con marcadas diferencias de tamaño. Para usos profesionales no existe ningún problema en elegir uno que supere los 5 kilos, pero para tareas más sencillas es recomendable decantarse por uno más ligero.
El peso no sólo influye en la manipulación, sino también en los espacios donde se vaya a utilizar este aparato preferentemente. Así, lo mejor es adquirir un modelo pequeño para poder acceder a cualquier zona.
Este punto hace referencia al diámetro de las perforaciones que pueda realizar el taladro. Lógicamente, la capacidad de perforación está estrechamente relacionada con la potencia y la velocidad, ya que su aumento incide de forma proporcional en estos dos aspectos.
El mandril corresponde a la parte del taladro donde se colocan los accesorios para realizar las labores concretas, como por ejemplo las brocas, los atornilladores, etc. Existen varios tipos pero el más común para trabajos de atornillar y desatornillar es el mandril sin llave. Si se va a utilizar el taladro para otras labores más complejas, es posible elegir un mandril clásico que se aprieta con una llave o un mandril SDS cuya función principal es albergar martillos perforadores.
Los taladros pueden presentar diferentes diseños que se distinguen fundamentalmente por la forma de su empuñadura. En el momento de comprar esta herramienta es conveniente sujetarla con la mano para comprobar su peso y si se puede utilizar durante un largo periodo de tiempo sin causar ningún daño.
Dado el relativo peligro que implica cualquier trabajo con un taladro es importante que la forma permita un agarre adecuado y se pueda utilizar fácilmente.
En este punto es preciso diferenciar dos tipos de velocidad: de rotación y de percusión. En el primer caso, lo más común es encontrar taladros que ofrezcan entre 800 y 3.000 revoluciones por minuto, por lo que habrá que elegir el nivel de rapidez en función de la resistencia de los materiales que se vayan a taladrar.
Respecto a la velocidad de percusión, no todos los modelos de taladros incorporan esta función ya que únicamente se necesita para trabajar sobre materiales muy duros, como el hormigón o la piedra. En este sentido, una velocidad de percusión adecuada oscila en torno a los 4.000 golpes por minuto.
Algunas opciones que pueden llevar a elegir un modelo de taladro u otro son: función de marcha en reversa para utilizar la herramienta como un destornillador eléctrico, tope de profundidad para evitar que la broca alcance más allá de la zona deseada, freno automático, bloqueo del interruptor, luz integrada o ventilador de refrigeración, entre otros.
¿Qué aspectos te resultan más importantes a la hora de elegir un taladro?