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Publicado el : 11/08/2015 18:59:13
Categorías : Cuidados del jardín , Trucos de jardinería
Para todos aquellos privilegiados que tienen jardín, un elemento imprescindible para poder disfrutar del mismo a sus anchas es, sin lugar a dudas, la intimidad. Por propia experiencia os diré que da igual que te lleves de maravilla con el vecino de enfrente, como es mi caso, si luego tu jardín se convierte en un auténtico escaparate de cara al público.
De hecho siempre he presumido de tener el mejor sistema antirrobos del mercado porque haga frío o calor, llueva o nieve, sea de día o de noche, ahí están mis vecinos para controlar que todo esté en orden. Con ello no quiero decir que sean unos cotillas, insisto en que son encantadores, sino que digamos que tienen un sentido de la curiosidad bastante desarrollado.
Es cierto que durante el invierno apenas salimos al jardín si no es para realizar alguna que otra tarea de cuidado y mantenimiento del mismo, por lo que podría decirse que no echamos tanto en falta esa privacidad de la que estamos hablando. Pero una vez pasado el frío la cosa cambia y mucho, siendo el periodo estival la época del año en la que pasamos gran parte de nuestro tiempo en el jardín. Un típico día de verano puede transcurrir entre un sinfín de actividades tales como darnos un buen chapuzón en la piscina, tomar el sol mientras nos bebemos una cerveza bien fresquita, disfrutar de una suculenta barbacoa, charlar con los amigos mientras jugamos una partida a las cartas durante las largas sobremesas de verano y, cómo no, echarnos una merecida siesta en nuestra tumbona favorita. Es en esos momentos, en los que podemos sentirnos más expuestos a las miradas indiscretas de los vecinos, cuando de verdad anhelamos tener cierta intimidad para poder disfrutar de nuestro jardín al máximo.
Si lo que buscas es una solución rápida, sencilla y natural te recomiendo utilizar algún tipo de valla elaborada con tejidos naturales. Este tipo de cerramientos no sólo te proporcionarán la privacidad que buscas sino que, además, se instalan rápidamente y apenas precisan mantenimiento. Existen diversos materiales para entretejer estas vallas naturales tales como el cañizo, el bambú, el mimbre o el brezo. En los últimos años, además, se han ido incorporando al mercado otros materiales como el helecho y la corteza de pino.
Como de lo que estamos hablando en este artículo es de conseguir la mayor privacidad posible en nuestro jardín, vamos a hacer especial hincapié en el brezo natural. La malla de brezo natural es, sin lugar a dudas, una de las opciones más demandadas ya que no sólo ofrece un mayor nivel de ocultación que otros materiales sino que además se adapta perfectamente a cualquier tipo de valla o cercado, es muy fácil de colocar y visualmente resulta muy acogedor al integrarse con el entorno del jardín. El tejido de brezo se realiza con ramas naturales de brezo entretejidas con alambre pero es muy importante tener en cuenta las diferentes calidades que nos podemos encontrar en el mercado. A mayor espesor de la capa de brezo mayor nivel de ocultación conseguiremos en nuestro jardín. Todos sabemos que, a la larga, lo barato resulta caro.
Si tenemos una valla y queremos montar sobre ella un manto de brezo debemos asegurarnos en primer lugar de que la valla es lo suficientemente resistente y estable no sólo para sostener el peso de la malla sino también para aguantar la fuerza del viento una vez tapada con el brezo. En segundo lugar, es fundamental que la malla de ocultación esté correctamente instalada para que no se caiga o se suelte a la primera de cambio, evitando así un deterioro prematuro de la misma. Las herramientas que vamos a necesitar para colocar la malla son tan sencillas como unas tenazas, unos alicates y unos lazos de acero galvanizado. Si la superficie a cubrir no es muy grande nos sobra con las herramientas antes mencionadas. Pero cuando se trata de cubrir superficies más grandes mi consejo es que utilicéis un atalazos si no queréis acabar con las muñecas hechas polvo. También se trabaja muy bien con grapadora y grapas. Tened en cuenta que la mejor manera de instalar una malla de ocultación es entre dos personas de modo que la tarea se realiza de forma rápida y cómoda:
Las mallas de ocultación tienen la ventaja de que ofrecen de forma inmediata la intimidad que buscamos para nuestro jardín. Se pueden colocar bien con carácter definitivo o bien como una solución transitoria hasta que los árboles, setos o plantas que hayamos sembrado en nuestro jardín alcancen la altura suficiente para no tener que depender de la malla de ocultación.