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Publicado el : 11/05/2022 14:14:26
Categorías : Albañilería , Construcción
A la hora de elegir los acabados en una reforma es importante considerar la opción del cemento pulido. Aunque se suele relacionar con un tipo de material, no se trata de un revestimiento como tal, sino que es un rematado que ofrece unas características decorativas concretas.
Debe tenerse en cuenta que es una alternativa idónea para las cocinas y los baños, aunque en las casas modernas se puede colocar en cualquier estancia. Con este pavimento se consigue una línea de continuidad en la superficie que se desee, tanto suelos como paredes y techos.
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El cemento pulido también se conoce con el nombre de hormigón pulido. Como su propio nombre indica, es un acabado que se consigue puliendo la superficie con el mortero una vez que se ha secado por completo. Se debe realizar este proceso hasta obtener un determinado nivel de brillo y un resultado perfecto.
Este tipo de pavimento se coloca sobre el suelo nivelado de forma continua sin juntas de unión para ofrecer una superficie homogénea. Aunque esta alternativa se suele encontrar con mayor frecuencia en los espacios exteriores, como parkings, centros comerciales o polideportivos, desde hace algunos años también es una elección muy demandada en las obras interiores de las viviendas.
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Entre las principales características del cemento pulido destacan las siguientes:
Se trata de uno de los acabados más resistentes que existen en la actualidad, lo que permite que permanezca intacto durante muchos años.
Su instalación es bastante rápida y no implica mayores complicaciones.
Es una solución idónea para ocultar cualquier desperfecto o desnivel que pueda tener el suelo, ya que las losas de hormigón armado se colocan directamente sobre la superficie en bruto y después se realiza el tratamiento concreto.
Admite la aplicación de tintes para modificar su color original, e incluso diferentes texturas y diseños, con el objetivo de adaptarlo al resto de la decoración.
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El efecto de continuidad que se crea con el acabado del cemento pulido produce una mayor sensación de amplitud en el espacio.
Es una opción que se adapta a la perfección a cualquier zona, independientemente de cuál sea el tamaño o la forma.
Conforma una superficie totalmente funcional perfecta para las estancias que deben soportar un mayor trasiego o peso de elementos.
Dado que el piso queda liso por completo, se reduce de forma considerable la acumulación de polvo.
Por otro lado, este tipo de acabado también presenta una serie de desventajas:
Pese a su alta resistencia, con el uso y el paso del tiempo, el cemento pulido va perdiendo brillo y suele ser bastante sensible frente a las ralladuras o las grietas.
Este tipo de material tiene una escasa capacidad de aislamiento térmico, por lo que no se recomienda colocarlo en zonas con climas demasiado extremos.
Aunque el proceso de instalación es bastante fácil, no hay que olvidar que se necesita mano de obra cualificada, realizar una determinada obra y emplear cierta maquinaria.
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Uno de los aspectos más importantes que se deben considerar antes de colocar cemento pulido en un espacio es el mantenimiento que requiere. Si no se aplican los cuidados adecuados, el suelo tiende a deteriorarse de forma prematura:
Durante los primeros días (mínimo una semana) es recomendable dejar que la superficie se seque por completo y se asiente de forma adecuada. En caso contrario, cualquier pisada o movimiento pueden dejar marcas o fisuras que no se podrán solucionar.
A la hora de limpiar el pavimento se deben evitar productos abrasivos que aceleran la pérdida de brillo. En su lugar, es preferible utilizar agua y jabón simplemente.
Se desaconseja arrastrar muebles u otros objetos pesados por el suelo para no ocasionar daños irreparables.