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Publicado el : 13/12/2021 14:03:01
Categorías : Bricolaje , Hogar
Todas las tapas del inodoro se van desgastando con el paso de los años pese a la excelente calidad del material. Los modelos de color blanco suelen ir desarrollando un tono amarillento que suele dar sensación de suciedad, por lo que es recomendable realizar un cambio para que el baño vuelva a lucir con un aspecto impoluto. En otros casos, también se decide sustituir la cubierta del WC para colocar otra con un diseño más original.
Si los sanitarios no han sufrido ningún impacto demasiado fuerte, pueden llegar a durar toda la vida debido a que están fabricados con porcelana normalmente. Sin embargo, las tapaderas y los asientos suelen ser de plástico, resina o madera que se estropean con mayor facilidad por el uso continuado.
Antes de ponerse manos a la obra es necesario comprar un modelo de tapa nuevo que se adapte perfectamente a la forma y el tamaño del inodoro. A continuación, se debe seguir el siguiente proceso:
En primer lugar, hay que quitar la tapa y el asiento antiguos. Para ello, es preciso desenroscar los tornillos de fijación y soltar todas las piezas que mantienen unido el conjunto.
Cuando la zona esté completamente despejada, se debe limpiar a fondo la superficie con una bayeta y alcohol u otro producto específico para baños.
Después, hay que colocar la nueva tapa y el asiento, teniendo un especial cuidado para disponer las arandelas de goma como protección de la cerámica. Para fijar los elementos, tan solo hay que introducir los tornillos que vienen de serie en los agujeros de la taza y apretar con una llave adecuada.
Por último, para comprobar que la instalación se ha realizado de forma correcta es conveniente levantar y bajar la tapadera varias veces.
Debe tenerse en cuenta que tanto la tapadera como el asiento del WC necesitan un mayor cuidado para conseguir que mantengan un aspecto cuidado y limpio:
Aunque la lejía y el amoniaco son productos que se utilizan habitualmente en la limpieza de los baños, no se recomienda que entren en contacto con los materiales de la tapa. En su lugar, es preferible utilizar un paño suave humedecido en agua con jabón neutro.
De igual modo, si se usa algún líquido químico en la taza del inodoro, es necesario dejarlo abierto para que los gases que suben no estropeen la cubierta ni el asiento.
En la medida de lo posible, se debe evitar la concentración de humedad en el cuarto de baño. El motivo se encuentra en que el agua que se puede depositar en la tapadera como consecuencia de la condensación tiende a deteriorar poco a poco la capa protectora de la superficie.
Cuando la tapa del inodoro comienza a presentar un color amarillento es posible poner en práctica algunos trucos para devolverle su blanco original. Entre los más efectivos destacan los siguientes:
Lejía amarilla y agua oxigenada. Antes de rociar esta mezcla sobre el inodoro es preciso calentar la lejía en el microondas durante 40 segundos aproximadamente y después añadir el agua oxigenada. Una vez que ambos ingredientes estén bien integrados, la forma más cómoda de aplicar esta composición es utilizando una esponja. Cuando se ha humedecido toda la superficie, es preciso dejar reposar durante una hora y finalmente enjuagar con agua limpia. Hasta que la cubierta recupere su tono suele ser preciso repetir el proceso varias veces.
Lejía con detergente y agua. La lejía con detergente es uno de los productos más eficaces en la limpieza doméstica. En este caso, si se añade un poco de agua y se deja que actúe sobre las zonas amarillas durante 20 minutos, el color antiestético llega a desaparecer.
Bicarbonato y vinagre. Estos dos ingredientes se deben mezclar en un recipiente a partes iguales hasta conseguir que se forme una pasta homogénea. A continuación, hay que extender la combinación sobre las áreas más deterioradas y esperar durante 5 minutos antes de frotar con una esponja. Por último, solo es necesario retirar los residuos con un paño húmedo.