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Publicado el : 20/07/2020 13:50:03
Categorías : Bricolaje , Reparaciones domésticas
Todas las viviendas o locales que tienen dada de alta la corriente eléctrica, cuentan con un cuadro con varios interruptores que suele estar ubicado en la entrada principal. Esta es una de las partes más importantes de cualquier inmueble, ya que desde esa zona se controla el suministro de electricidad y sirve de protección para evitar que se produzcan cortocircuitos o sobrecargas.
En las construcciones de obra nueva, lo más habitual es que el cuadro eléctrico no presente ningún problema y cumpla con lo establecido en la normativa vigente. Sin embargo, en las casas antiguas es preciso cambiarlo para garantizar la máxima seguridad. En este último caso, lo más recomendable es contratar los servicios de un especialista, aunque si esto no es posible, se deben adoptar una serie de precauciones para no correr ningún peligro.
ICP: estas siglas significan Interruptor de Control de Potencia. Se trata de una protección cuya función es limitar el uso de la potencia que se tiene contratada. En caso de superar el límite, este pulsador salta automáticamente para interrumpir el suministro de electricidad.
ID: estas letras hacen referencia a Interruptor Diferencial. Es otro elemento de seguridad que evita que se produzcan electrocuciones cuando alguien entra en contacto con alguna parte de la instalación eléctrica.
PIAS: con este nombre se conocen los Pequeños Interruptores Automáticos o magnototérmicos. Su cometido es proteger la instalación de cualquier cortocircuito o sobrecarga en la red.
En primer lugar, es fundamental asegurarse de que todas las herramientas que se utilicen en esta tarea cuentan con el aislamiento suficiente. Del mismo modo, para trabajar de forma segura es indispensable cortar la corriente general.
Con un destornillador se van aflojando todas las sujeciones del cuadro antiguo para retirarlo.
Es muy importante que todos los automáticos estén numerados para asignar el número que corresponda a cada cable. De esta forma, después de soltarlos será posible identificarlos con su posición correcta.
A la hora de colocar un nuevo cuadro eléctrico es necesario que cumpla con la normativa vigente y que se ajuste a la instalación de la vivienda.
Antes de fijar el cuadro a la pared, se deben conectar de nuevo todos los interruptores y cada uno de los cables.
Por último, es recomendable asegurarse de que todas las conexiones funcionan. Para ello, se debe volver a activar la corriente general y encender todas las luces y aparatos. También es necesario comprobar el funcionamiento del botón test del interruptor diferencial. También se puede utilizar un detector de cables vivos.
En caso de optar por un servicio profesional para cambiar el cuadro eléctrico con plenas garantías de seguridad y funcionamiento, hay que tener en cuenta que el coste varía según el tipo de vivienda, los metros cuadrados, el número de instalaciones eléctricas dentro del mismo espacio, etc.
Tomando como base un inmueble de tamaño medio entre 50 y 100 metros cuadrados, de forma aproximada se puede establecer un precio de 500 euros. Si fuera preciso realizar otros trabajos más allá de la instalación de un nuevo cuadro eléctrico con su correspondiente protección para cumplir con la normativa, el presupuesto se incrementa.
Según el caso, al cambiar el cuadro, el instalador autorizado debe entregar un nuevo boletín eléctrico de la instalación al cliente. Se trata de un certificado oficial que acredita el estado en el que se encuentra la instalación eléctrica de baja tensión de una vivienda.
Por otro lado, si fuera necesario remodelar la instalación por completo, el coste oscila entre 3.000 y 5.000 euros en función de las características de la vivienda y los requisitos de la red de electricidad.