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En la actualidad existen diferentes materiales que tienen un protagonismo notable en la construcción. Uno de ellos es el hormigón, también conocido como cemento armado, el cual presenta una serie de propiedades que lo convierten en la base idónea para multitud de aplicaciones. En este artículo vamos a explicar los distintos usos que puede tener más allá del mundo de la albañilería.
El hormigón es un material que está compuesto por una mezcla equilibrada de agua, cemento, arena y aditivos especiales para darle consistencia y mejorar sus características, como por ejemplo acero o fibras. Lo ideal es utilizar una hormigonera profesional para realizar la composición, sobre todo cuando se trata de obras importantes en casas, carreteras, pavimentos, etc.
Ventajas del hormigón
- Hoy en día es uno de los materiales más duraderos y densos que se pueden encontrar.
- Es altamente resistente a la compresión, es decir, aguanta estoicamente una gran cantidad de peso encima. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes del hormigón es su facilidad para quebrarse, ya que no soporta nada bien la flexión. Para minimizar este problema, lo más habitual es introducir barras de hierro en su interior y de este modo se incrementan las posibilidades de doblarse.
- También se trata de un material muy denso y consistente, gracias a lo cual se puede utilizar en las bases de una construcción, así como en las columnas.
- El precio del hormigón es sustancialmente más bajo que el de otros materiales. Hay que tener en cuenta que los distintos componentes se pueden encontrar en cualquier sitio y gracias a esta generalización, el coste es bastante asequible.
- Como hemos comentado antes, este material se puede reforzar, por lo que es posible adaptarlo según las necesidades de cada construcción.
- Su principal uso radica en las estructuras y cimientos de las viviendas debido a que es un material que reduce y previene las consecuencias de los movimientos sísmicos.
- Dada su gran solidez, es de esperar que el hormigón no se debilita fácilmente con las condiciones de humedad constantes y el desarrollo de moho.
- Actúa como parapeto de las llamas en caso de producirse un incendio.
- Las construcciones de hormigón son un gran aliado para conseguir un ahorro en energía. El motivo se encuentra en que este material es capaz de retener la temperatura, lo que deriva en menos calefacción durante el invierno y menos aire acondicionado en el verano.
¿Para qué se utiliza el hormigón?
- El hormigón es un material idóneo para allanar el suelo de un espacio exterior, como por ejemplo un porche, la zona alrededor de una piscina, etc. Este trabajo se conoce como solera y el objetivo es conseguir una superficie horizontal sobre la que no se va a construir nada posteriormente. Según las necesidades se puede dejar el hormigón visto o bien colocar un pavimento encima.
- Uno de los principales usos del hormigón es la cimentación de las estructuras de los edificios. Este material tiene la gran responsabilidad de servir de base a una vivienda o bloque de pisos para aportar estabilidad a las construcciones superiores.
- Del mismo modo, el hormigón también tiene una importancia notable en la parte más alta de un inmueble. Otra aplicación se encuentra en los tejados o cubiertas. Además de aportar sus múltiples propiedades, la capa de este material permite impermeabilizar el interior de la casa para que no entre agua cuando llueve ni aparezcan goteras.
- A un nivel de construcción inferior, el hormigón sirve para fabricar diferentes elementos decorativos, como maceteros, fuentes, etc.
- Junto a estos usos, es interesante destacar que el hormigón suele estar presente en muchas de las construcciones que nos rodean, sin olvidar los puentes, las carreteras, los túneles…
Mantenimiento del hormigón
Es muy importante tener en cuenta que una vez mezclados los distintos ingredientes que conforman el hormigón y antes de aplicarse, se debe proteger del exterior para mantener la humedad de la composición y evitar que se pierdan sus propiedades por un mal endurecimiento de la misma. Así, es bastante común humedecer la mezcla cada cierto tiempo o cubrirla con telas para proteger del frío y el calor durante los trabajos de albañilería.
A pesar de tratarse de un material muy resistente, es preciso adoptar una serie de cuidados para conseguir que se mantenga intacto durante mucho más tiempo y, sobre todo, prevenir que se produzca algún daño que pueda causar un grave riesgo en la estructura de un edificio. Asimismo, conviene estar alerta ante cualquier desperfecto que surja en el suelo, el techo o las paredes para que no den lugar a consecuencias más graves.