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Publicado el : 03/07/2019 13:40:10
Categorías : Calefaccion , Construcción
En los últimos tiempos, el aire acondicionado por conductos es una de las soluciones más demandadas en las instalaciones domésticas y más aún en las oficinas o locales de gran superficie. Hoy en día, este sistema de climatización es uno de los más extendidos en las obras de nueva construcción por las múltiples ventajas que ofrece.
Tal como se desprende de su propio nombre, esta instalación de refrigeración funciona a través de distintos conductos por donde circula el aire que posteriormente sale por unas rejillas. Este tipo de aire acondicionado cuenta también con un sistema centralizado que distribuye el flujo y, por norma general, el entramado de tubos se encuentra oculto en un falso techo. Así, cada estancia que se quiera climatizar debe contar con unas rejillas en la parte superior de la pared o en el techo.
Para una mayor eficiencia es preferible que las rejillas se puedan programar para abrirse o cerrarse según las necesidades. Además, para sacar el máximo partido a esta instalación, lo ideal es que el dispositivo central al que está conectado sea una bomba de calor para emitir un flujo tanto frío como caliente en función de la época del año. Es recomendable que esté ubicada en la zona del baño o en otro lugar con un desagüe cerca para evacuar el agua que vaya produciendo sin ningún problema.
Salvo en algunos casos excepcionales, el aire que sale por las rejillas de un aire acondicionado por conductos no procede del exterior, sino que el equipo recoge la corriente de la estancia por uno de los tubos y después de enfriarla o calentarla vuelve a expulsar el flujo por otro conducto. Por lo tanto, puede decirse que este sistema es idóneo para refrigerar un espacio, pero no sirve para ventilar como tal, entendiendo este concepto como renovar el aire del interior con otro de la calle.
Este tipo de instalaciones suelen contar con una sola unidad para todo el inmueble, lo que significa que es el único punto desde donde se puede controlar la temperatura. Para conseguir un ambiente agradable en cada una de las habitaciones existe una solución muy sencilla: los sistemas de regulación de temperaturas tipo Airzone. No obstante, esta alternativa supone un gasto y conviene valorar si merece la pena su montaje en viviendas particulares, algo que dista bastante de unas grandes oficinas, por ejemplo.
Como hemos comentado antes, el aire acondicionado por conductos es cada vez más una opción al alza. En general, cuando se pretende refrigerar varias estancias, constituye una solución acertada porque permite graduar la temperatura de todo el inmueble instalando tan solo una máquina. La situación contraria recuerda a los sistemas convencionales donde es necesario colocar un aparato en cada habitación para disfrutar de la climatización con los consiguientes costes y molestias.
Por este motivo, este tipo de refrigeración es la que predomina en los locales comerciales y en las oficinas de mayor tamaño. De esta forma se reducen los problemas de instalación y los elevados costes que supondría climatizar cada espacio de forma independiente. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en estos casos se necesita una máquina lo suficientemente potente para acondicionar todos los metros cuadrados.
Antes de enumerar los cuidados que necesitan estos sistemas, es importante considerar que su instalación se debe realizar mediante obra de forma obligatoria. Tal como se ha explicado, su funcionamiento requiere de un falso techo que, si no existe, se debe construir. Por ello, el mejor momento para instalar este sistema es al comprar la vivienda o cuando se realice una reforma de gran envergadura.
A partir de ahí, el nivel de eficiencia energética dependerá, entre otros aspectos, del aislamiento y hermetismo de los conductos. Estos dos factores son clave para evitar las pérdidas de energía y garantizar una temperatura agradable sin derrochar en las facturas.
Para garantizar que el sistema cumpla su función a la perfección y se encuentre en buen estado durante mucho tiempo es indispensable limpiar y desinfectar los conductos cada cierto tiempo. De esta forma se elimina el polvo y otras partículas que se van acumulando y pueden provocar diferentes afecciones en la salud de los habitantes. Este trabajo se debe realizar a través de herramientas profesionales para conseguir un mejor resultado y hacerlo de un modo más sencillo.