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Publicado el : 05/03/2021 12:48:35
Categorías : Bricolaje , Reparaciones domésticas
En muchos bloques de viviendas, el grosor de las paredes suele ser insuficiente para garantizar un aislamiento acústico adecuado que permita disfrutar con total tranquilidad del hogar. Los ruidos que llegan del exterior o de los pisos colindantes son motivo de graves molestias e incluso pueden llegar a ser el origen de disputas entre vecinos.
Para evitar estos problemas, lo más recomendable es insonorizar las paredes o, al menos, poner en práctica algunas técnicas que consiguen minimizar la transmisión de los sonidos. En definitiva, la casa debe ser un lugar apacible donde no tiene por qué escucharse las continuas actividades que realizan el resto de inquilinos del edificio.
Una de las soluciones más sencillas y que no requiere de grandes esfuerzos consiste en colocar una estantería llena de libros justo en la pared que delimite con el vecino ruidoso. Es una forma de insonorizar muy económica y que además sirve también para decorar el espacio. Para conseguir una mayor mitigación del sonido, es necesario colocar una gran cantidad de libros.
De igual modo, los armarios o los muebles que alcanzan hasta el techo también cumplen la misma función de insonorización. Para ello, es imprescindible llenarlos de ropa con el fin de que el ruido se disperse y no llegue al ambiente de la estancia.
Cuando los ruidos de la calle son insoportables, es recomendable valorar la posibilidad de realizar una inversión para cambiar las ventanas. En muchos casos, las de doble cristal no son suficientes, por lo que en el mercado se pueden encontrar otros modelos de triple acristalamiento.
Estas ventanas incluyen una hoja más de vidrio, junto con otra cámara de aire intermedia. De este modo, se incrementa de forma considerable el nivel de aislamiento acústico, aunque para conseguir un total hermetismo, es preferible elegir cristales que tengan un espesor mínimo de 6 milímetros.
Otra opción que resulta bastante efectiva es colocar planchas de pladur en las paredes sobre las que se cuela más ruido. Para conseguir plenas garantías con esta tarea es necesario elegir la mayor densidad y grosor que se encuentre en el mercado.
Esta solución permite crear una cámara de aire entre el tabique y las planchas, donde se puede colocar un material aislante, como fibra de lana, espuma de poliuretano, algodón, corcho, etc. Debe tenerse en cuenta que esta alternativa reduce el espacio de la estancia, aunque los resultados son excepcionales.
Si no importa hacer obra en casa para aislar acústicamente un espacio, una de las soluciones más demandadas es la de construir un tabique con ladrillo de doble hoja. El proceso es muy similar al caso de las placas de pladur, ya que se crea una cámara donde se introduce un material que absorbe el ruido.
Se conoce como espuma acústica a los materiales absorbentes de tipo poroso. Dentro de esta categoría se incluyen diferentes compuestos, entre los que destacan la espuma de poliuretano, la espuma de melanina, la espuma de polietileno o la espuma de celulosa. Esta solución aislante se utiliza habitualmente en los estudios de grabación para recubrir las paredes.
Como su propio nombre indica, este tipo de absorbentes acústicos asimilar el sonido en vez de transmitirlo al espacio. Para ello, es fundamental que el material tenga un nivel alto de porosidad y de espesor, así como que presente una forma similar a una huevera.
Cuando no es posible emprender una reforma de gran envergadura para insonorizar una habitación, se pueden minimizar los ruidos revistiendo la pared con corcho. Se trata de un material ecológico que cada vez está más presente en la decoración de las viviendas, por lo que, en este caso, cumpliría una doble función.
Por otro lado, aunque no es una solución demasiado efectiva, los textiles también contribuyen a disminuir la cantidad de ruido que llega de otras viviendas. Para ello, se pueden colocar tapices y cortinas gruesas que estén fabricados con materiales consistentes, como por ejemplo el terciopelo.